domingo, 7 de abril de 2013

Un recuerdo sincero (Felisa Paz)


Para Josefa Pino y Manuel Muñoz.
Con todo el cariño de sus hijas Ana y Manoli y el afecto de esta autora

Fueron dos seres muy nobles
hijos de Fuente del Arco,
allí vivieron su infancia
entre juegos y trabajos.

Luego en su juventud
sufrieron sus desengaños
que el amor jugó con ellos
a darles goces y daño.

El tiempo que es gran maestro
en cicatrizar heridas,
les dio nuevas ilusiones
y el amor volvió a sus vidas.

Se conocían desde niños
y nunca habían reparado
en que podían amarse,
pero un día lo comprobaron.

Comprendieron que podían
formar un hogar feliz
y en el altar se citaron
para pronunciar el sí.

Luego ocurrió lo más bello.
En el jardín que crearon
dos azucenas nacieron,
crecieron con lozanía,
por el amor que pusieron
en cultivarlas, día a día.

Un trauma amargo y difícil
fue el tener que marchar
hacia la enorme Madrid
dejando el pueblo natal.

Mas todo lo superaron
pues existía la esperanza
de adaptarse y mejorar.
Si hay amor en la familia
no falta felicidad.

Cuando el jardín era más bello
y la vida sonreía
el destino sin piedad
a Manuel se llevaría
en su viaje final.

No satisfecho el destino
de su golpe tan cruel,
con un cáncer traicionero
al que no pudo vencer,
llevó a Josefa consigo
a acompañar a Manuel.

Desde el lugar preferente
de los jardines del cielo
que seguro ellos ocupan,
miran constantemente
y con ternura suprema
al jardín que aquí dejaron
con sus lindas azucenas.

Siguen queriéndolas mucho,
ansiando que sean felices,
que no sufran por su marcha
y que jamás estén tristes.

Que les recuerden con amor
es su mejor homenaje
y les guarden en su corazón
un lugar irreemplazable.

Pero que eso no les impida
vivir en plena alegría
y gozar con plenitud
el buen lado de la vida.

Así ellos serán dichosos
al contemplar desde arriba
que sus hijas son felices
y viven en armonía.


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