Vamos
a ver, dijo un ciego y nunca vio. Aportación de Francisco Manuel Bueno LOBI.
Vamos
pa’ Cartuja, que el que no puede, arrempuja.
Creo
que hacía alusión irónica a lo abrupto y fatigoso que era antes el camino que
iba a esta finca. Cuando no había carretera y todo eran peñascos y jaras. Escrito por M.
Vilches 15/09/2007 22:00
Vas
a durar más que un azaón colgao. (Más
si es un "azaón" con rayo). Se le dice a quien mira bien por su
cuerpo. Escrito por Antonio Torres 20/09/2007
00:01
Ver
menos que Pepeleches (cuando no se ve bien por problemas en la vista).
José Fernández Albusac, hijo de José y Crescencia, natural de Leganés y
de profesión guardia municipal del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, es
descrito como varón de estatura media y carácter avinagrado. Parece que tenía
la mano ruda a la hora de dirimir confrontaciones callejeras, lo que le
proporcionó el sobrenombre de "Pepe Leches", pues así denominaban las
bofetadas las clases bajas de aquel tiempo... Su salud era buena si se exceptúa
una afección de la vista conocida por "ojos tiernos", que enrojecía
los párpados y hacía lagrimear los suyos, por otro lado, tremendamente miopes,
no corregidos con lentes para no deshonrar el uniforme... Cuando "soltaba
una leche", en expresión barriobajera, no había seguridad de que la
recibiese el culpable, pero, como él decía, "ninguno es totalmente
inocente cuando dos se pelean".
El guardia Fernández -"Pepe Leches"- sentía cierta inclinación
a lo agropecuario, que unida a las sospechas sobre la relación de su esposa con
el cabo a cuyas órdenes estaba, le indujeron a ingresar en la Guardia Civil
recién creada, en la seguridad de que iría destinado a un pueblo, donde sería
alguien respetado, podría criar cerdos y gallinas y estaría lejos del cabo
seductor. La mundología y penetración en las altas esferas que proporciona el
ejercer de guardia municipal en la Corte le aconsejaron ir directamente a la
cabeza de la Benemérita y, así, aprovechando la presencia del duque de Ahumada
en una fiesta benéfica donde le habían enviado para dar servicio, quiso
mostrarse en toda su arrogancia, en la seguridad de que unas simples palabritas
le ahorrarían los enojosos trámites requeridos para el ingreso en tan
prestigioso Cuerpo. Orientado hacia el grupo en que se hallaba el duque, se
acercó lanzando una ardiente soflama sobre su espíritu justiciero y abnegación
patriótica, pero su escasa visión hizo que el discurso se lo dirigiera a una
niña vestida de gitana, hija de los anfitriones, a quien confundió con Ahumada,
que con gran regocijo presenció la escena y convenció a Fernández, con el mayor
tacto, acerca de la imposibilidad de aceptarle en la Guardia Civil, que
requeriría vista de lince... El guardia Fernández - "Pepe Leches" -
murió años después atropellado por una carroza fúnebre cuando creía topar con
su sobrina, según dedujeron los testigos del accidente, que le oyeron exclamar:
"¡Pero qué bestia eres, Manuela!". En el duelo, su áspera condición
se tradujo en la más absoluta falta de las alabanzas acostumbradas en tales casos...
Únicamente el cabo de quien tanto sospechó se atrevió a decir: "Pobre
Fernández, con la letra tan buena que tenía.
Los científicos experimentados conocemos la coincidencia en el tiempo de
distintos resultados respecto a la investigación emprendida. Al poco de
encontrar el folleto con la vida de Fernández recibo noticia de otro "Pepe
Leches", natural de Granada y fallecido durante la guerra civil al
intentar ordeñar a un toro semental de la ganadería Frías Hermanos... Por ser
corto de vista desde muy niño, aprendió a desarrollar sus otros sentidos y en
1932 lo encontramos de catador de piononos en La Flor de Pinos-Puente próspera
confitería de esa ciudad que durante la República disputó la fama del pionono a
los clásicos de Santa Fe (quizá debamos aclarar para los legos en tal materia
que el pionono, famoso dulce granadino, consta de una capa de bizcocho con
crema, enrollado y posteriormente bañado - según modalidades - en almíbar, que
se deja cristalizar). El apodo de "Pepe Leches" le sobrevino como consecuencia
de las caídas que sufría por no querer usar gafas y el hecho de que las capas
menos cultas de la sociedad andaluza llamen "darse una leche" al
golpe que se recibe tras perder el equilibrio.
Viendo el chozo se ve el jabalero.
Jabalero es en realidad "habalero" ... Habalero es el guarda de las habas que normalmente tenía un chozo en el habal. De hay viene ese dicho, según era el chozo así era el guarda. Escrito por ANTONIO TORRES 25/10/2007 03:20
¡Viste un palito y verás qué bonito! (para expresar que cualquier persona o cosa, por fea que sea, cuando se adorna, resulta bonita).
Volverse todo el ajuar manteles.
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