domingo, 7 de abril de 2013

Motes, historias y personajes


No saber lo que ha sucedido antes que nosotros es como ser incensantemente niños
Marco Tulio Cicerón


Los Agonías: Se trata de cinco hermanos: Nati, Felisa, Pilar, Pedro (ya fallecido) y Pepe, padre de Carlos. Nati daba clases en la escuela de Fuente del Arco durante los meses de verano. Por aquel entonces era novia del que después sería su marido, Puchera. Esta familia fue una de las muchas que emigraron a Arganda del Rey. Felisa se casó con Máximo Lagarto, y tienen tres hijas: Ricarda (Kaína), Mari Pepa y Mª del Ara (Ari).
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… Después, en aquel parvulario de verano de la Señorita Nati --en la Calle Bajo--, cantábamos también canciones, de las que recuerdo sólo ésta:
La mejor nobleza
y el mejor blasón
lo ostenta el hombre
que es trabajador.
Al trabajo, compañeros,
que es fecundo manantial.
Él es el que lleva al hombre
hasta la inmortalidad.
Dios dijo al hombre:
'Trabajarás.'
Hagamos todos
Su voluntad.
Por el trabajo
nos quiso Dios,
y alcanzaremos, sí,
gloria y honor.
La mejor nobleza
y el mejor blasón...  (REPETÍAMOS)
Escrito por M. Vilches 15/09/2007 18:30
Los Aguza: Una familia que vivían en los Baldíos. “Aguza” es apodo y apellido, dándose la curiosidad de que el segundo apellido es Vara, con lo cual son “Aguza Vara”. Uno de ellos se casó con Anita la Pringuina.
El tío Alacrán: El mote parece ser que le venía porque le picó un alacrán, y lo pasó tan mal que luego los buscaba para matar todos los que pudiera. Vivía en los callejones. Su hija también fue apodada María la Alacrana, mujer de Tabales el zapatero.
Paco el Alcalde (o Rosquilla): Paco Delgado no sabe muy bien de dónde procede el mote de su familia, pero recuerda que su padre le contaba que cuando éste tenía trece años, trabajando ya en las minas, salía con la carretilla llena de carbón y vociferaba: "¡Vendo rosquillas!".
Ha sido alcalde de Fuente del Arco durante tres legislaturas (doce años consecutivos), período en el que se dieron las mayores cotas de desarrollo del pueblo en época democrática, en especial tras la declaración, en 1997, de la Mina La Jayona como Monumento Natural, convertida desde aquel momento en referente geológico y medioambiental de toda la Campiña Sur. A consecuencia de su buen hacer al frente de la Alcaldía durante tan largo período de tiempo, ha pasado a ser más conocido como Paco el Alcalde, relegando a un segundo plano el mote familiar.
… El barquito navega diligente,
lo conduce a las luces del progreso
ese fiel timonel firme en su puente ...
El Alegría: Fue Machaco, el zapatero, quien le puso el mote no sólo a él, que se llamaba Facundo, sino también a su mujer, Rafaela la Buenhumor. Al parecer, los dos eran muy serios, y Machaco, con una gran ironía, les bautizó con tales apodos. Una de sus hjas emigró a Utebo, como tantos fuentelarqueños, y pasaba algunas temporadas allí, pero nunca se trasladó definitivamente y murió en el pueblo.
El tío Babita: Así llamaban a Ignacio Pino. Se empeñó en que su hija Matilde, que sufría una importante discapacidad psíquica, tomara clases de piano, uno de los instrumentos más difíciles de tocar, con un profesor de Llerena. A pesar de la dificultad añadida, Matilde consiguió aprender algunos compases del madrileño chotis “Pichi”, de “Las Leandras”, que repetía una y otra vez en los concurridos bailes del “Salón de Babita”, situado entonces en la calle de la Iglesia (hoy calle Antonio Villazán). En una ocasión murió un familiar allegado y cuentan que su padre le dijo: "Hija, toca sólo las teclas negras, que tenemos luto.”
Matilde llevaba siempre un reloj muy grande, que posiblemente pertenecía a su padre, y cuando le preguntaban la hora, como ella no conocía los números, ocultaba muy hábilmente su ignorancia respondiendo: “Míralo tú mismo, para que veas que no te engaño.”
Baqueta: Era el mote de José Azuaga, padre de Tomás Azuaga Pino. Se lo pusieron en su juventud porque era alto y muy derecho, haciendo referencia a la “baqueta”, una varilla de acero larga, con un extremo acabado en círculo y otro acabado en una estría donde se colocaba un trapo fino, y que se utilizaba en el ejército para limpiar el ánima de los fusiles. Casado con Amalia Pino, tuvieron cuatro hijos: Tomás, que reside en Badajoz, Remedios Antonio y José, que viven en Sabadell. Manuel Rubio Muñoz, “el Taco”, recuerda esta anécdota, relacionada con sus motes:
Tomás Azuaga Pino,
Me figuro quién eres, aunque no nos conocemos; así que tú eres hijo de Amalia Pino y de Tomás Azuaga, o sea hijo de Baqueta ... pues mi padre se llamaba Tomás, como tú, y lo que tú no sabes es que los dos le debéis el nombre a la misma persona: tú a tu abuelo Tomás, y mi padre, que fue su padrino, pues tu abuelo lo sacó de pila.
Ahora te voy a contar una anécdota muy graciosa que me ocurrió con tu padre: íbamos para la Mina de la Papa, pues trabajábamos en ella, íbamos tres personas y de pronto dice tu padre: "Oye, si tuviéramos pólvora y munición, podríamos tirar un tiro". Yo le dije: "¿Cómo?" Y él me contestó: "Como tu eres TACO, yo BAQUETA y este ESCOPETA ... (que era el que iba con nosotros)"
Manolo el Barbero: Relata Antonio Torres que cuando iba a llevar cisco en casa de Paco Rosquilla, le llamaba la atención un pequeño nicho que había en la pared de la casa de enfrente, con el cuerpo de un pájaro muerto en su interior. Se trata de la casa de Manolo el Barbero, casado con Anita la de Pina, donde además hay un cartón con un epitafio que reza así: “Pochorrín murió a los ocho años”. Por extensión, a sus hijos los llaman los Barbería. A su hijo Pepe le apodan el Cascarilla.
Basilio: Es el mote de Antonio Murillo. Basilio era el nombre de un burro que tenía amaestrado para que hiciese cucamonas en las fiestas y reuniones. Así, con las gracias del animal, el dueño heredó el mote.
La tía Bastiana: Mote de Manuela, madre de los hermanos Gorra. Muy gruesa y fuerte, vivía en las casas del muro de la Plazoleta. Tenía una peculiaridad: todas las mañanas, cuando los hombres ya habían marchado al campo, salía con pala y escoba a recoger las cagajoneras de los burros, caballos etc.; las amontonaba en su corral y luego vendía la estercolera.
El tonto la Bellota: Era huérfano de madre. Dicen que estaba siempre con los hombres en el campo, aunque él no trabajaba debido a su discapacidad. Cuando llegaba la hora de comer, a los hombres les daba lástima y le permitían que comiera con ellos, pero después, cuando le pedían que, como compensación, les echara una mano en el tajo, él se libraba con astucia respondiendo: "No, que llevo luto por mi mama".
El tío Berlanguita: Abuelo materno de Manolo Bernabé. Lo llamaron así cuando se vino de Berlanga a Fuente del Arco, a vender pescado en la casa del Pipi.
El tío el Billar: Abuelo materno de Carmen Bueno. Su nombre era Eduardo, y le sacaron el mote cuando puso un billar en el bar que regentaba en el pueblo, y después le dijo a todo el mundo: “Señores, ahora el tío el billar soy yo”.
El Bisne: Era el mote de Juan León, el sardinero del pueblo. Procedía de Trasierra y se trasladó a vivir a Llerena en 1974. Padre del Lale, de Juanito el Sardinero y de Josefita.
El Boleto: Tío de Paco Rosquilla. El mote se debe a que falsificó un boleto de las quinielas con 14 aciertos. Pero la ilusión de ser rico le duró poco, pues esa semana no hubo ningún acertante de 14 en toda España. Provocó mucha polémica y tuvo algunos problemas con la ley.
El Bollo: (o Bollillo). Era hijo de la tía Cuncuna.
El Bomba:

... Murió cuando yo tenía ocho años. 
Recuerdo perfectamente su entierro, porque fue muy "sonado" en el pueblo el hecho de que don Santos Ramos Sánchez -el cura que vino después de don Carmelo- se negó a enterrarlo en el cementerio católico, ya que el Bomba no quiso confesar en su agonía, ni quiso recibir la extrema unción.  Y se enterró en el cementerio civil.  Donde estaban los fusilados de la columna, y el tío de Manolo Viñas, socialista, que por el mismo motivo, años antes, fue mandado enterrar allí por don José.  No se me olvida aquel día que enterraron al Bomba, como a un perro, en el cementerio de los proscritos.  Siendo aquello entonces un descrédito social para cualquier familia que hoy no nos podemos ni imaginar;  pues la sociedad ha cambiado radicalmente, y quizás no nos hacemos cargo de lo que aquello suponía entonces, acostumbrados como estamos ya a la libertad de culto y de todo. Información aportada por Manuel Vilches Morales.
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... en el cementerio viejo, por llamarlo así antes de la reforma que se produjo en los años 80, siendo mi padre el encargado de los trabajos del paro, se llevó a cabo la construcción de la capilla (también era concejal en ese tiempo) bajo petición suya y se cogió el terreno que ocupaba el cementerio "civil", que lo separaba del "católico" justamente por una construcción de cuatro paredes con el hueco de una puerta que no tenía madera para cerrarla y en el cual sólo estaba enterrado el padre de Manuel Viñas. Cuando se construyó la capilla, los restos de este señor pasaron al osario común ...  y de ésta manera, se pasó a un solo cementerio. Posteriormente se han llevado a cabo otras reformas.  Información facilitada por Francisco Manuel Bueno LOBI.
El tío Botaslocas:
... DON ANTONIO OLIVERA, no sé si Ud. sabrá que su abuelo "el Botas Locas" y su familia vivían en la calle Real, nº 5. O sea, en la casa que mis padres compraron en los años cincuenta, y que hoy sigue siendo nuestra casa. Justo enfrente de la de Manolo Viñas, y casi enfrente de la de su amigo Manolo Nogales ("Manolín el del Casino").
La casa era de Manolito Mérida (otro Manolo), que se la tenía alquilada a su abuelo, el Botas. Allí su abuelo tenía un bar.
Cuando su abuelo se marchó del pueblo, Manolito Mérida, que era el propietario de la vivienda, se la vendió a mis padres. (Bueno, se la vendió a mi madre. Pues mi padre entonces estaba pasando su juventud en las cárceles franquistas, por motivos políticos.)
La compra de la casa fue por principios de los años cincuenta.
Había una lumbrera sobre la escalera del "doblao" (el desván, para que Ud. me entienda), por donde le entraron ladrones a su abuelo en dos ocasiones. Y le robaron mientras unos cómplices lo entretenían jugando a las cartas en una habitación que daba al bar.
Era una habitación discreta, que algunos bares del pueblo tenían en aquellos años, porque aquello de jugar a las cartas por entonces era ilegal. Y sin embargo se jugaba mucho, pero siempre "por debajo cuerda."
Pues allí entretuvieron a su abuelo de usted, en dos ocasiones, unos cómplices sin escrúpulos, mientras por la lumbrera de la escalera que va al "doblao" entraban "los amigos de lo ajeno".
Esa habitación donde se jugaba discretamente a las cartas, hoy día es un dormitorio.
Al menos una de las veces que le entraron, se pudo descubrir quiénes eran los delincuentes, ya que al saltar desde la lumbrera a los peldaños, uno de ellos por lo visto se hirió, y luego fue dejando un rastro de sangre por todas aquellas tapias y por todos aquellos corrales.
Así que mi madre, tras comprar la casa, lo primero que hizo fue achicar la lumbrera. Una lumbrera que ha estado allí hasta hace sólo doce o trece años, cuando la casa se obró la última vez y al fin la eliminamos. Escrito el 02/01/2008 por Manuel Vilches.
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... Mi marido dice que en alguna ocasión oyó contar que el mote le venía porque cuando pequeño le regalaron unas botas que a alguien se les habían quedado pequeñas, pero a él le quedaban grandes y se le torcían al andar para todos lados, por lo cual a algún ocurrente se le ocurrió decirle "El botaslocas" y se le quedó.
Por supuesto que de esta versión no hay la absoluta certeza pero no disponemos de otra. Publicado el 02/01/2008 por Felisa Paz

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... por tus explicaciones leo que la casa en la que vive tu madre, viví mis siete años en Fuente del Arco, y una de las veces que fui, hable con ella y me enseño la transformación, que se había hecho en la casa, yo siempre la recordaba en mi niñez, pues en ella teníamos un bar, y el pasillo era de rollos, que por cierto, tengo una cicatriz en la barbilla., me caí en dicho pasillo y me la rompí, y recuerdo que mi padre me llevo a Don Valentín a que me diera unos puntos. Publicado el 02/01/2008 por Antonio Olivera.

Burrovuela: Manuel Calle, hijo de "Don Manuel Calle", que vivía en Sevilla pero iba siempre a la casa del pueblo; tenía más hijos. Éste puso una relojería en Llerena. Información aportada por Amparo.
Antonio el Caja: Casado con Anita la del Sillero, pariente de los Santiaguitos.
La Cachuli: Mujer de Manuel Morales, tenía cuatro hijos: Manolo, que luego fue cura y le decían Marchena, Amalia, Carmelina y Santiago. Murió dejándolos pequeños.
Higinio el Canete: Abuelo paterno de Felisa Paz. Su nieta, una poetisa que hace honor a su apellido, escribe poemas en tres lenguas: castellano, castúo y catalán. En la actualidad, Felisa reside en Sabadell. Su hija María era persona de gran inteligencia, que supo llevar con dignidad su defecto físico –era jorobada- sin complejos y aún le quedaba humor para inventarse cuentos y reír, bromear e inculcarle a su sobrina Felisa el gusto por la lectura, la escritura y el buen humor. Murió tempranamente a los 39 años de edad.
La Canina: Se trata de Josefita Fonseca, hija menor del peluquero (los Barbería). La llamaban así por su pelo rubio, de color pajizo claro.
Cansavaca: Le pusieron ese mote porque cuando salía con sus amigos a correr perdigones a La Veguilla y cogía uno muy grande, exageraba diciendo que había “cansao a una vaca”.
La tía Capuchina: Vivía en la Estación.
Cayetano:
… esas coplas eran de las que se inventaba nuestro recordado paisano CAYETANO, para las estudiantinas en los carnavales durante la República, cargadas de críticas al capitalismo y la propiedad privada:
A todo aquel que diga "mío"
se le agacha la cabeza
hasta que le llegue al suelo,
para que suelte esa idea.
Y la Calleja del Molino
que todavía no está empedrá
con cabezas de mochuelos
la tendremos que empedrar.
Es que el canto de los mochuelos en el silencio de las noches es así:” mío, mío, mío”. Escrito por Felisa Paz 22/09/2007 02:42
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… Cayetano vivía junto a Emilio Calle, en la Cruz Verde. Era una persona bondadosa y humilde. A veces hablaba como un filósofo, y gustaba escucharlo.
Tenía un terreno en la sierra, con una turruca de pastores que todavía está en pie --"la turruca de Cayetano".
Creo que es el único Cayetano que ha habido en el pueblo, por lo menos en los últimos ochenta años, más o menos. Si hubo otro antes, eso ya no lo sabemos.
Era muy ingenioso con sus manos. A mí me hizo un juguete de madera, que fue uno de mis primeros juguetes, y que jamás olvidaré. Eran dos leñadores de palo golpeando alternativamente un tronco con sus hachas, mientras yo los accionaba con dos tablillas a los que estaban engarzados por los pies.
Irradiaba bondad aquel viejete. Y yo percibía en aquel juguete salido de sus manos MAGISTRALES, que estaba hecho con amor.
No sé si le quedará algún pariente vivo en el pueblo. Creo recordar que murió en el 78, solo y en la pobreza. En esa misma pobreza contra la que tanto se había rebelado ...
Escrito por M. VILCHES 22/09/2007 19:44
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María la Centena: A causa de un cáncer, tuvieron que amputarle la nariz y llevaba siempre una venda blanca, sujeta a las orejas, tapando esa parte de su cara. A su hermana Josefa le gustaban mucho los polvorones y todos los días compraba uno en casa de Anita la del Portal.
Cerote: Se casó con Nati, hermana de Angelita la Garbancera, un 28 de febrero de 1969. La fecha la recuerdan bien Amparo Pérez y Manolo Bernabé, pues ese mismo día hubo un terremoto y en el pueblo se gastaron bromas relacionando el seísmo con la “actividad” sexual de los novios en su noche de bodas. Manuel Vilches también lo recuerda y así lo cuenta en el foro de Paco Delgado:
Yo estaba en 2º de Primaria con un maestro jovencillo y muy bajito, que aquel curso daba clase por primera vez, y que se estrenaba en el pueblo (don José Ignacio Reyes, de Villagarcía de la Torre …).
Se cayó parte del techo de nuestra aula (en la Molineta), y ya no dimos clase en lo que quedaba de curso, pues don José Ignacio protestó en el Ayuntamiento diciendo que era peligroso dar clase en esas condiciones, y se decidió que no nos metiéramos más allí hasta que lo arreglasen. No veas qué alegrón que nos llevamos.
Como al principio del curso siguiente --1969/70-- seguían sin reparar el techo del aula, pues nos metieron en una de las dos naves laterales del Ayuntamiento, que recordarás que por entonces se utilizaban también como escuelas. Allí hice yo mi 3º de Primaria, con un maestro de Jerez de los Caballeros que se llamaba --fíjate-- don Francisco Franco Garrido …
Sólo tres alumnos pasamos a 4º: mi Juanito Burgos Nolasco (Juanito Arrastra), mi Pepín Galea Fornelio, y yo.
Quedaba un año todavía para que empezase la enseñanza mixta en el pueblo (que empezó en el curso 1970/71, y que mucha gente en nuestra villa decía que era un escándalo, que hay que ver qué desvergüenza, los niños y las niñas juntos, por Dios bendito).
El terremoto cayó una pared en el corral de mi casa, y durante más de un año se podía pasar desde mi corral al de Trini y Amalita, pues tardaron mucho en volverla a levantar. Amalita y Trini tienen que acordarse.
Efectivamente, fue en la noche de boda de Cerote, que en paz descanse, y el hombre se levantó y dijo que los chorzos estaban "bailando" en su cocina.
No fue el primer terremoto que recuerdo. Ya hubo otro terremoto importante en el pueblo en el 1964, y lo tengo grabado en la memoria también con total claridad y con detalle. Aunque sólo tenía cuatro años. Escrito por M. Vilches 13/08/2007 02:14
El Charló: También apodado Perín, natural de Trasierra. Su mote es el resultado de la evolución lingüística del nombre del famoso cómico Charlot, con caída de la “t” final y el consiguiente acento en la “ó”. “Perín” es un derivado del apellido familiar, Pérez: las mujeres son “Perita” y los varones “Perín”.
El Chuco: Antonio el Chuco y su mujer, Florentina, también salieron muy pronto de Fuente del Arco en busca de una vida mejor. Vivía toda la familia en un piso bajo de Vicálvaro, entonces un barrio humilde de Madrid, y con ellos su tía Elvira, hermana de Florentina. Tenían cinco hijos: Ricarda, Ángel (que falleció muy joven), las mellizas Felisa y María, y Carmen, la más pequeña.  Ricarda se casó con Margarito, al que todos conocemos por Esteban, pero el entuerto de los nombres lo arreglaron llamando a su primer hijo Ricardo (Ricardito) y después a su hija le pusieron Margarita.
El Chulo: Padre de Carmen Bueno. Se llamaba Fernando, y le pusieron el apodo a raíz de una discusión con otro hombre, al que llamó “chulo”. Emigró con su familia a Barcelona teniendo Carmen sólo diez meses de vida, y cuando volvían al pueblo, a ella la llamaban “la Chulina del tío el Billar”. A esta familia se les conoce también como los Jallaos –hallados-, pues en el año 1810, un antepasado suyo fue abandonado, y hallado, a la puerta de la casa de Juan Bueno y Ana Muñoz. Este matrimonio lo adoptó y le dio el apellido Bueno.
Cincuentaperrillas: La información referente a este mote nos la proporciona Amparo Pérez:
… Se llama Manolo y se fue a Madrid a trabajar en una empresa. Mi marido dice que era amigo suyo y que alquilaban, con otros más , orquesta y salón (el de Babita) en las fiestas de la Virgen del Ara para hacer baile de socios. Está seguro del mote: cincuenta y no”sieteperrillas”.
Las Civilas: Hay un dicho fuentelarqueño que insinúa que eran muy habladoras.
Carmen la Cojita: La que cojeaba era su madre, y ella heredó el mote, aunque no la cojera. Carmen fue buena costurera y mejor repostera. Elaboraba dulces fuentelarqueños con ocasión de cualquier evento familiar, entre los que destacaban las exquisitas flores. Gran amiga, casi como una hermana, de Angelita la Morcillina, ésta fue la madrina de bautismo de su hija Carmeli, quien junto con sus hermanas Angelita y Mariní, residen en Arganda del Rey.
El Conejo macho: La portadora de este mote era Anita la Trasierra.
Carmen la Corchúa: Sus apellidos eran Chaves Alvarado, y heredó el mote de su padre, el tío Corchúo, al que llamaban así queriendo decir que era fuerte y brutote, como un alcornoque, o al menos eso cuenta Felisa Paz. Carmen se casó con José Pino Pablos, y regentaron un bar en Fuente del Arco durante muchos años. Manuel Vilches recuerda que le sacaron un eslogan que decía “EL MEJOR VINO, EN CASA DE PINO”. Dos de sus hijos, Tomás y Mari, continúan viviendo en Fuente del Arco; los tres restantes, José, Pedro y Josefa, excelente costurera y modista, emigraron a Arganda del Rey. El enlace de uno de sus nietos, Manuel José, hijo de Mari, con la brasileña Merilene Fernández da Silva fue la primera boda fuentelarqueña emitida en directo a través de Internet, el 21 de abril de 2007.
Cortecita: Era el mote, poco conocido, de Remedios Pablos, suegra de Carmen la Corchúa. Cuando murió, se descubrió que su verdadero nombre era Cecilia.
Cuatroesquinas:
Es el apodo que tenia Rafael Paz, primo hermano de mi padre, y cuñado de nuestro tío Facundo Pino; se lo pusieron por su mandíbula casi cuadrada. Se cuenta una anécdota sobre él: cuando joven, en Sevilla, le echó un piropo a una chica; la andaluza se volvió y le dijo. “Anda, hijo, que si fueras guardia civil necesitabas de barbuquejo la soga de un pozo”.
Aportación de Tomás Azuaga Pino.
Angelito el Curina: Angelito el Curina era primo de Angelita la Morcillina, y su familia ha trabajado durante varias generaciones en la finca Cartuja, donde se encuentra ubicada la Ermita de la Virgen del Ara. Sus hijos, Gregorio y Angelito, aún continúan allí. Manuela, su mujer, fue durante años la persona encargada del cuidado y la limpieza de la Ermita, trabajo que realizó con gran esmero y voluntad, sin recibir salario a cambio. Su hermana Nati emigró a Francia.
Curro (o Currito): Motes de Plácido y José Castillo, abuelo y tío, respectivamente, de Manuel Bueno.
El Diccionario: Le apodaban así por lo mucho que sabía. Emigró un poco más lejos que el resto de fuentelarqueños, nada menos que a Canadá.
Don José: Fue el maestro de varias generaciones de fuentelarqueños. Estaba casado y tenía tres hijos. Uno de sus alumnos aventajados, José Pino Rubio –Joselín-, nieto de Carmen la Corchúa, relata así sus experiencias escolares:
Fue maestro de mi padre y mío. El me enseñó en mi infancia, completando la educación que ya empecé a recibir desde los tres años en la "guardería" de la señorita Elena. Me enseñó las cuatro reglas y mis primeras lecciones de Geografía, Historia, Matemáticas, Religión, Formación del Espíritu Nacional y El Catecismo.
Cuando estaba aprendiendo a dividir, recuerdo que me costaba mucho trabajo. No me entraba en la cabeza que cuando el dividendo era inferior al divisor, se ponía cero en el cociente y se bajaba la cifra siguiente. Él me lo hizo entender de la siguiente manera:
Tenía una palmeta (que hoy sería considerada un elemento de tortura) de dimensiones aproximadas de 50 cms. por 7 de ancho y 2 de grosor, de madera de la buena, posiblemente de encina o alcornoque. Después de describir el instrumento que sirvió para dar buenos palmetazos cuando hacíamos algo mal, puedo asegurar que se calentaban bien las manos por mucho frío que hiciera. Yo estaba ante la pizarra, intentando aprender a dividir y, como no entendía lo de cero al cociente y bajar la cifra siguiente, él me dio una receta que recuerdo todavía hoy: "Cero al cociente, palos al culete y bajas la cifra siguiente", y me arreaba un palmetazo en el culo de aquéllos de rascarse.
No le guardo ningún rencor, eran otros tiempos y todos estábamos convencidos de que la letra con sangre entra. Ahora estamos en el otro extremo y los niños no guardan ningún respeto a los profesores y hacen lo que les da la gana, llegando incluso a agredirlos. Creo que ninguno de los dos extremos es bueno, pues lo malo de los extremos es que, al final, se tocan y habría que buscar un término medio. "Ni tanto ni tan calvo".
Dedicado a la memoria de DON JOSÉ.
Don Valentín: Don Valentín estuvo de practicante en Fuente del Arco toda su vida. También atendía la farmacia que regentaba el farmacéutico D. Juan Beas. Fue alcalde de nuestro pueblo y, hoy, la calle donde vivía lleva su nombre: calle de D. Valentín Murillo.  En la página web de Manolito Birches puede leerse un artículo que éste le dedicó en junio de 2004. Por su parte, José Pino Rubio, con ayuda de la memoria de su madre, lo recuerda así:
He oído contar a mi madre -yo era demasiado pequeño para acordarme- que si hubieran existido los ordenadores y se hubiesen hecho estadísticas en los años cuarenta y cincuenta, se habría descubierto, erróneamente, que en Fuente del Arco sólo se ponía la gente enferma en los meses de diciembre a febrero. Como veréis a continuación, las estadísticas no son verdades ni mentiras, son, sólo eso, estadísticas y no podemos fiarnos mucho de ellas.
En aquellos años, la situación económica de los fuentelarqueños, como la del resto de los españoles, no era nada boyante. A algunos no les llegaba ni para comer. La asistencia sanitaria era un lujo para unos pocos que podían pagársela, pero en nuestro pueblo, “milagros de la naturaleza”, llegaba la aceituna y con ella la Seguridad Social.
Posiblemente algunos sólo recordemos de Don Valentín el pinchazo de sus agujas cuando nos ponía las inyecciones. A mí me puso alguno de los primeros frascos de penicilina que llegaron al pueblo. En Fuente del Arco, como en todos sitios, la gente se ponía enferma todo el año. El problema era que no podíamos pagar las medicinas. Don Valentín iba guardando las recetas y, cuando empezaba la recogida de la aceituna, se producía el "milagro": empezaban a funcionar los molinos de aceite y casi todo el mundo trabajaba en ellos. Por este motivo, durante esos meses, las familias de Fuente del Arco tenían Seguridad Social y aprovechaban para pasar las recetas acumuladas hasta entonces.
Mi hermano Antonio estuvo enfermo durante dos años con lo que entonces llamaban “una sombra al pulmón”, (era lo que se veía en la radiografía y que hoy se conoce como tuberculosis) Sólo se curaba con mucho reposo y estuvo en la cama dos años sin levantarse, cantando la Campanera cada vez que alguna vecina que pasaba por la calle se lo solicitaba. Mi madre tenía siempre la ventana abierta para que pudiera ver la calle y no se aburriese en la cama. Durante ese tiempo de reposo, se le olvidó andar y hubo que volver a enseñarlo, pues entonces tenía poco más de un año. Hoy, gracias a Dios y a Don Valentín, mi hermano se encuentra muy bien.
Don Valentín iba a mi casa a diario a pinchar a mi hermano, recuerdo que mi madre dejaba la palancana y la toalla para que se lavase las manos después de poner la inyección. Así un día y otro. Por supuesto que la situación de mi familia no era muy boyante, sin faltarnos lo más necesario, no nos sobraba nada. Las recetas se iban acumulando en la farmacia hasta que mi padre empezaba a trabajar en el molino. Como eran muchas y podía haber suspicacias, se recetaba a nombre de los padres, de los hermanos, de los familiares y, si era necesario, hasta de algún vecino. Esto sí que era solidaridad. Ya sabéis que la necesidad agudiza el ingenio.
Menos mal que no había ordenadores, si no las estadísticas dirían que:
1)   En Fuente del Arco la gente sólo enfermaba en los meses de diciembre a febrero.
2)   Todos los familiares, vecinos y amigos padecían la misma enfermedad.
Os aseguro que lo que cuento es cierto, se lo he oído contar a mi madre muchas veces, y habrá muchas otras familias que puedan dar testimonio de ello.
Gracias a Don Valentín, a los familiares, amigos y vecinos por su solidaridad.
Donata: Tía carnal de Manolo Viñas Calle y de Purita. Al parecer no era tan “escusá” como afirma el dicho fuentelarqueño.
Los Duendes (o los del Duende):
… Me lo contaba mi abuelo Higinio el Canete, que eso había pasado cuando él era pequeño; él nació en 1886.
Se ve que la familia vivía en una casa de los Callejones y llevaban un tiempo sufriendo una serie de cosas raras que los tenían ya tarumba.
Por ejemplo: La mujer estaba haciendo de comer y se apagaba la candela sola, como si alguien la rociase con agua, otras veces desaparecían los zapatos de todos y al levantarse los buscaban desesperados, luego aparecían enterrados en el pajar, pero lo más frecuente era que después de que se hartaban de cernir la harina para separar el salvado y amasar el pan, ¡Por la mañana se lo encontraban de nuevo mezclado!
La familia estaba ya hecha polvo y todos desesperados. Convencidos de que en su querida casa había un duende, decidieron mudarse a una casa muy vieja y destartalada que tenían en el Parral, por lo que lo hacían de muy mal humor, pero ya estaban hartos. Cargaron todos los muebles en un carro y ellos también cargados y cuando iban por la calle "Alante" la mujer se para y exclama “¡Ay, ahora tengo que volver porque “me s’a olvidao el ceazo!”. Entonces sonó una voz desconocida que decía: “No se ha olvidao, lo llevo yo.”
Miraron todos y cuál no sería su asombro al ver el cedazo suspendido en el aire que andaba solo tras el carro como si alguien lo llevase en la mano. Entonces la mujer gritó: “¡Aaah pero tú, asqueroso duende, te mudas con nosotros! Pues para es viaje no necesitamos alforjas, nos volvemos de nuevo a nuestra querida casa.”
Y así fue como aquella familia tuvo que seguir soportando las diabluras de su duende. Ni que decir tiene que se les quedó de mote "Los del duende". y por extensión, “Los duendes”.
Escrito por Felisa Paz 19/10/2007 23:51
El Emigrante: Apodo de Angelito Montanero, hijo de Mª Josefa la Gallita. Era “entenao” de Josefa la Centena, con la que se casó su padre, Angelito Riconuevo, al morir su madre en el parto. Siendo joven desapareció del pueblo y estuvo más de un mes sin dar señales de vida. Cuando escribió dijo que se había ido a Sevilla a buscar un empleo. Por entonces estaba muy en boga la canción El emigrante,  y como fue el primero que se marchó a buscarse la vida, se le quedó el mote.
El tío Pepe Enrea: Manuel Vilches nos cuenta esta anécdota ocurrida a su bisabuelo:
… Pero a unos cuatro kilómetros de la villa, aún resisten en pie los paredones de lo que fue la ermita de San Bartolomé (o "San Bartolo", como también la llamamos).
Recuerdo que aquellas paredes derruidas se utilizaban como redil de ovejas, y que en el suelo de lo que fue la ermita mi amigo Fafi excavó un verano, y encontró un esqueleto enterito, con sus dientes y todo.
Allí estuvieron los frailes de San Bartolo hasta que en 1836, por la Ley de Desamortización de Mendizábal, tanto aquella ermita, como la vecina ermita de San Benito (de Benedictinos), como los dos conventos que había en el pueblo, fueron expropiados y puestos en pública subasta.
Desde el 78 San Bartolo pertenece a Miguel Mora Morillo, que tiene por allí cerca su cortijo.
Mi bisabuelo --el Tío Pepe Enrea, que le llamaban, padre de mi abuelo Gabino-- se perdió siendo muy pequeño por aquellos cerros, y le cayó la noche en medio del campo.
Entonces vio con terror acercarse hacia él la procesión de los frailes de San Bartolo, con unas velas y unos rezos que le infundían pavor al chiquillo.
Pero los frailes, en vez de degollarlo, lo llevaron cariñosamente al cortijo de La Riverilla, que era donde él vivía ... Escrito por M. Vilches 24/08/2007 00:05
José Escarabajá: Derivación del apellido Carbajal (o Carvajal). Era el manijero de la finca “La Salinera” y Felisa Paz recuerda esta anécdota cargada de buen humor:
La Salinera era un olivar en el que estuve cogiendo aceituna el último año que pasé en el pueblo. Éramos una cuadrilla de chicas jóvenes todas, sólo una casada: Rafaela la del Lazo, que era la peor, en el sentido de meter bulla; porque no veáis la juerga que nos traíamos de la mañana a la noche, bromeo de todo tipo. Al manijero, José "Escarabajá", lo teníamos negro, no podía con nosotros. La verdad es que, en el fondo, el también se divertía.
Un día, en la hora de la comida, organizamos una boda; Rafaela llevaba pantalones e hizo de novio; Pepa la de María Bueno, de novia; atamos los delantales de todas y conseguimos una cola de más de 20 metros, en la cabeza una corona de ramitas de olivo; otra hacía de cura y las demás el acompañamiento. Había que vernos por entre los olivos cantándole o diciéndole burradas. Después representamos que llegó la noche y se tenían que acostar. No veas a Rafaela y Pepa revolcándose debajo de un olivo; Rafaela decía: “¡Pero que no me cabe, que no me cabe!” Nos dolía todo el cuerpo de tanto reír y luego ¿quien cogía aceituna toda la tarde?. Fue una locura, con esas cosas nos divertíamos.
Por la noche, los domingos salíamos a pasear, carretera arriba, carretera abajo, como era gratis y no teníamos ni una perra chica … Nos encontrábamos con el Escarabajá y nos decía: “Ah, pero ¿vosotras sois las mismas que cogen aceituna en la Salinera? Pos parecéis mosquitas muertas!”
Las Escarbachorchos: Familia de la calle de la Iglesia, que vivían en una casa algo más abajo de la que se crió Angelita la Morcillina. El mote les venía del oficio del padre. Eran dos o tres hermanas y emigraron del pueblo de las primeras, al parecer a Madrid.
Las Espaoras: Familia que vivía en el Parral. Eran la madre (viuda) y dos hijas, Isabel y Josefa. Isabel se casó con Joaquín Azuaga, hijo de Juan el Nicanor, y Josefa con Antonio Pérez Paz, el de Rita. Ambas residen actualmente en Badalona.
Facunda la del Camino Llerena
... Se iba de gira por aquellos cerros de nuestra sierra madre, y había una tradición muy curiosa, que consistía en "roar los hornazos" --o los "jornazos", que era como los llamábamos.
Un " hornazo" o "jornazo", era cualquier rosca de pan con uno o dos huevos duros ensartados, o cualquier rosquete de aquéllos tan blancos y tan dulces y que se te partían al momento.
Todavía hay gente en el pueblo que hace esos rosquetes blancos. Y que los hace muy bien. Como Emilia la de la fábrica, o Facunda la del camino de Llerena. (...) y la tradición consistía en hacerlos rodar por la pendiente de cualquier cerro antes de comérselos.
Muchas veces se partían, y te los comías ya deshechos.
Esta gira y esta costumbre de encargar "jornazos" para luego "roarlos", yo creo que fue desapareciendo poco a poco, a medida que el pueblo se despoblaba, a lo largo de la década de los sesenta.
Yo apenas la conocí. Cuando yo era chico, ya se celebraba cada año menos. Escrito por M. VILCHES 03/11/2007 14:44
Facundito: Hijo de Facundo Pino. Vive en Badalona.
El Francés: Le llamaban así por un defecto en el habla. La Francesa y las Francesinas eran vecinas de Angelito el Curina, y la madre era prima de su mujer, Manuela.

El Gallina: Vivía con su mujer, la Polilla, y sus hijos en la calle Pozo. Todos heredaron el apodo y se les conocía por los “Gallina”. El Gallina padre era muy borracho, se gastaba en vino lo que ganaba y la familia padecía las consecuencias. Cuando no tenía para emborracharse, se desesperaba. Una noche tan mal estaba que se tiró a un pozo, pero pudo agarrarse a una higuera que había nacido en la pared del pozo y pidió socorro para que lo sacasen, pues ya no quería morir. Así estuvo dos días hasta que alguien oyó las voces y avisó a la familia. Acudió mucha gente y los hijos le preguntaban: “¿Por qué te tiraste? Porque no tenía pa’ vino. Entonces promete que no lo volverás a probar, o no te sacamos. Se resistía, pero al fin como estaba ya hecho polvo, muerto de hambre y frío, prometió que no volvería a beber vino. Sobrevivió a este suceso, pero murió pronto, y sus hijos marcharon a Sevilla.
Mª Josefa la Gallita: Madre de Angelito Montanero, el Emigrante.

Filomena la Gata: Abuela paterna del Tablas.
María la Gorda: Madre de Julián Romero y abuela, por tanto, de Mª José, hija de Fefi y Julián, que viven en Utebo (Zaragoza). Del mismo mote han derivado los Gorditos, primos hermanos de Julián.
El Gordo o Gordito: Era Manuel Nolasco, casado con Magdalena Azuaga, y el Niño era Manuel Ruiz, casado con Emilia, hermana de Magdalena. Por eso decían de Juan Azuaga (Nicanor) suegro de los citados, que le había tocado la Lotería dos veces, el GORDO y el NIÑO.
Las Gordonas: Es el apodo de Pepa y Luisa, las telefonistas de Fuente del Arco. Conservan uno de los documentos gráficos más significativos de la época franquista en el pueblo: dos fotografías de la calle principal engalanada con motivo del paso del dictador por Fuente del Arco camino de la finca Cantargallo, para entrevistarse con Don Juan de Borbón. Destacan dos grandes pancartas: la que está en primer plano, exhalta tres veces al dictador: FRANCO FRANCO FRANCO; la segunda expresa la entonces obligada sumisión al mismo: LOS MINEROS Y SU EMPRESA A TUS ÓRDENES. Al final, el dictador tomó otro camino, dejando a los fuentelarqueños un tanto desilusionados.
Este tipo de eventos, frecuentes en aquella época, fue magistralmente parodiado en el cine por Luis García Berlanga, en su película Bienvenido Mr. Marshall.
El Guardacampo: El mote se debía a su oficio, guarda de campo. Su mujer Josefa la Guardesa era, junto con Carmen la Cojita, una de las mejores amigas de Angelita la Morcillina. Sus hijas Filo, Lola y Felisi viven en ese lugar donde abundan los fuentelarqueños, Arganda del Rey.
Guarrosmíos: Se le quedó el mote porque trabajaba desde muy niño guardando guarros. A veces se le perdían y no quería presentarse sin ellos en casa, y mientras los buscaba, lloraba preguntando: “¿Oiga, ha visto usté a dos guarros míos y uno de mi tío?”.
Marcelino Guindilla: Un hombre dedicado a la agricultura y la ganadería. Se casó con Victoriana Vizuete Barradas, nacida el 23 de febrero de 1907, que murió en abril de 2007 con más de cien años a sus espaldas.
El Imposible: Era un zapatero que se marchó del pueblo. Vivía por El Parral. Zapatos no sabía hacer, pero el mote le viene porque era capaz de remendar absolutamente todo (noticia aportada por Amparo Pérez).
Juan Jornales: La noticia sobre este mote, y algunos otros, nos la ofrece, una vez más, Felisa Paz al hilo de una discusión sobre las personas que en Fuente del Arco llevan el nombre de “Cándida”:
… había más Cándidas en nuestro pueblo. Una era de la familia de Juan Jornales … Vivía en el Espinillo, tenía dos hijos y se marcharon a Puertollano. Había otra que vivió en la calle Fontana, al lado de Félix Jayao, era hermana de uno que le decían Elenita, a ella le decían Candidita y las coincidencias de la vida, se casó con Candidín el de la Mechilla. Tuvieron un hijo al que le llamaron Cándido, como estaba mandao. Se marcharon del pueblo, creo que para el País Vasco, y yo no sé que hayan vuelto. De Cándidos teníamos también a Cándido Gálvez, era tío de Félix Gálvez.
Los Juanarias:
... De la JUANARIA te digo que su padre era JUAN y de apellido ARIAS, así que no es mote, es María Arias; su padre lo conocí yo, un zapatero remendón, y también recuerdo que tenía tienda de ultramarinos. Aportación de Manuel Rubio Muñoz “el Taco”.
Juan XXIII: Era el mote de un antiguo alguacil de Fuente del Arco.
La Kaína: Viene del diminutivo “Ricardina” que derivó a su vez en “Kaína”. Según la información aportada por su hermana Mari Pepa Ruiz (que reside actualmente en Getafe), el apodo se escribe con “K” y no con “C”. El nombre RICARDA es muy común en Fuente del Arco, y la existencia de este original apodo permite distinguir a la persona en concreto, al igual que sucede en otros casos similares derivados de un nombre, como Mané y Taísco.
La Ligerina: Le pusieron el mote porque hablaba mucho y muy ligero. A su hijo Eduardo le cantaban una coplilla porque era muy presumido.
El Lila: Manuel Barragán Rubio, hijo de una hermana de Tomás Morcilla. Siendo un muchacho, le saltó un ojo de una pedrada a Tijero, y lo metieron en la cárcel durante dos meses. A los pocos días de salir, estalló la Guerra Civil y tuvo que abandonar el pueblo porque era comunista. Nunca más se supo de él. Al parecer, el mote sería una degradación fonética de “Manila”, y lo habría heredado de su padre (o su abuelo), que participó en la guerra de Filipinas (información aportada por Manuel Rubio Muñoz “el Taco”).
Según la información aportada por Amparo Pérez en dicho foro, un hombre llamado ANTONIO RUBIO BARRAGÁN murió en un campo de concentración el 11 de noviembre de 1941. Puede que se trate del hermano del Lila con los apellidos cambiados. El nombre aparece en la larga lista de fallecidos (letra R) del artículo de la Wikipedia dedicado al campo de concentración de Mauthausen-Gusen.
Por otro lado, Tomás Azuaga Pino recuerda los dos primeros versos de una copla que cantaban las estudiantinas, en la que se hace mención al mote:
Esos dos que pasean

por las calles de Fuente del Arco,

a uno le llaman el Lila
 al otro le llaman el Chato ...
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El Lila, Antonio Barragán Rubio, era el tercer hijo de Antonio Barragán Barradas y Natividad Rubio (hermana de Tomás “Morcilla”). Es cierto que siendo muy jovencito tuvo un percance, le tiró una piedra a otro chico y le hirió en un ojo. En principio, nadie tira una piedra a otra persona por nada, pero, en fin, nada se aclaró del asunto y, por cuestiones políticas, le tocó ir a prisión sin tener edad para ello: su padre era militante de izquierdas y llegó a ser alcalde de Fuente del Arco durante la II República. Cuando estalla la Guerra Civil se va a la zona roja a defender la República. Al terminar y perder la guerra, como muchos otros combatientes pasa a Francia y allí, junto con otros valientes republicanos españoles, con la esperanza de ver caer a Franco después, se incorpora al movimiento de Resistencia francesa contra el nazismo. Cae prisionero y muere en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen  (11/11/1941).
 En cuanto a Antonio Barragán Barradas, quisiera aclarar que no le fusilaron a dos de sus hijos en Fuente del Arco, delante de su hija Mercedes Barragán. Sí, los del bando franquista, se llevaron “al paseíllo” a su hijo pequeño, Manolo, que era casi un niño y puede que esté en alguna fosa común de la comarca. Antonio Barragán Barradas no estuvo preso en Sevilla ni fue acusado de auxiliar a la rebelión, pues como republicano fue fiel a la II República. Los rebeldes fueron los fascistas, aquellos que apoyaron el alzamiento militar del 18 de julio de 1936 contra una república democrática y legítima. Parece ser que Antonio Barragán Barradas fue un buen alcalde y junto con Eduardo Nolasco “el Tío Billar” son los dos únicos representantes del pueblo en las últimas guerras coloniales de España en Filipinas y Cuba (1898). Al final de su vida, el estado le concedió una pequeña paga por ser un veterano de la mítica guerra de Cuba. Nunca llegó a cobrarla... la patria, a menudo, reconoce tarde a sus servidores.
Para terminar, una curiosidad, Eduardo Nolasco y Antonio Barragán son los bisabuelos de Eduardo Nolasco Barragán. Información aportada por “Tranco y medio”.
El Lili: Primo de los Gallardo de Llerena. Tenía un almacén en la Estación que daba muy mal olor, producido por la grasa que compraba en los mataderos.
El Lindo: Fue el marido de Rosalía López Calle, una costurera que vivía en la Plazoleta. El Lindo se enamoró locamente de Rosalía y se casó con ella a pesar de la oposición de sus padres, que no querían que se casara porque estaba enfermo y los médicos le habían recomendado abstinencia sexual. Ni él ni ella hicieron caso y tuvieron tres hijos: Antonia, Pepa y Juan, pero el Lindo murió dejándolos muy pequeños.
… le llamaban así al hombre, porque cuando pequeño su madre estaba siempre diciendo que qué lindo que era su niño.
Y que de tanto llamarle "lindo" al crío, pues la gente empezó a llamarle así también, y al final pues se le quedó. Escrito por M. VILCHES 15/10/2007 15:52
Los Lobitos: Manolo Lobito era el padre de José Luis Bueno, y el apodo se debía a su apellido. A su hijo del mismo nombre le decían Lobi y a Jose Luis el "Lobi chico". Lobito fue alcalde de Fuente del Arco en 1963. Hay unos cuantos “Lobitos” más en Fuente del Arco: Pepe, Luis, Paco, Natalia, y Antonio, aunque éste último es más conocido como Antoñito el de Natalia.
… LOBI y yo estábamos siempre diciéndonos "vil traidor" el uno al otro, y otras frases recurrentes, de ésas que los chavales repiten como coletillas jocosas a esa edad, y que han quedado en nuestro archivo pandillero como señas de identidad de los que pertenecimos al grupo. Escrito por M. Vilches 23/09/2007 21:07
Machaco: Al parecer Machaco el zapatero cosía poco y el tiempo libre lo dedicaba a poner motes a los vecinos de Fuente del Arco.
... El día que nació mi hermana Ana Pino, a la que se le ocurrió nacer en torno a las 11 de la noche, cuando terminaron con el parto y se quedó todo limpio y recogido eran las 2 de la madrugada. Mi padre que se acostó a esa hora y además tenía que ocuparse a la mañana siguiente de mi hermano y de mí, que éramos pequeños, porque mi madre no podía, no fue a trabajar al día siguiente. Mi abuelo, que era el empresario, al ver que mi padre no iba a trabajar, se acercó a mi casa y tuvo una bronca con él. Todo porque mi abuelo, que era un poco "borrico" aunque buena persona, no entendía que mi padre faltara al trabajo por ese motivo, Tuvieron una discusión en tono bastante alto y mi padre, en un momento de la discusión, le dijo: “Lo que tenías que hacer era pagarme los cuarenta duros que me debes, que tengo encargadas una botas a Machaco y no he ido a por ellas porque no tengo dinero para pagarle”.
Os aseguro que los dos, mi abuelo y mi padre, eran muy buenas personas, pero de vez en cuando aparece el genio de los Pino. Escrito por JOSE PINO 02/11/2006 19:20
La Macheta: Según cuenta Julián Romero, hijo de María la Gorda y pariente lejano de La Macheta, cuando en la radio sonaba un cantante de la epoca, como Farina o el Pinto, ella apagaba la radio y decia: “Lo voy a guardar para cuando venga mi Manuel”. Manuel era su hijo.
Amparo Pérez relata otra anécdota ocurrida cuando ella era maestra en el pueblo. Tenía que pasar todos los días por la puerta de la casa de La Macheta para ir a la escuela, y uno de esos días, ésta le pidió que le fuese a por agua a la fuente a cambio de un real. Amparo no le hizo demasiado caso y La Macheta, enfadada, exclamó: “¡Hay que ver con las niñas de hoy, ni dándoles un real te van a por un cántaro de agua!”.
El Maera: Las noticias sobre este mote nos las proporcionan su hija Ara,
… Escribimos desde Sax (Alicante). Mi padre era Miguel Pizarro Rubio, hijo de José Pizarro, y le decían el “maera” y mi tío es Rafael Sánchez Gómez, el cual ha escrito muchas poesías sobre la Virgen del Ara. Somos familia de Salvador Pizarro y de Antonia la machaca … mi madre es Manuela Gordón … Vivíamos en la carretera de la Estación, al lado de mi tía Antonia.
y también Julián Romero:
… me figuro que tu madre es hija de Eduarda la machaca …, y tu padre hermano de José Pizarro que está en Coria del Río, que ése sí es amigo mío porque hemos estado juntos muchos años en la Isla del Arroz ...
Facunda la del Maestrito:
… Tuve la suerte de conocer de cerca a Facunda. Con mi curiosidad eterna por estas cosas, la acribillé con preguntas siempre que tuve ocasión, y llegamos a hacernos muy amigos. Aunque yo era sólo un chaval, y ella andaba ya cerca de los ochenta.
Facunda era simpatiquísima. Nada de aspecto siniestro ni brujeril. Nada que en ella pudiese infundirte ningún miedo. Todo lo contrario. A mí me hablaba abiertamente de toda su vida, y era simplemente encantadora.
Era vidente, pero de las de verdad; y su prima Josefa Santos la dormía, y entonces se producía en ella lo que en Parapsicología se llama "un desdoblamiento astral", de forma que podía ver cualquier cosa o persona a miles de kilómetros de distancia.
En aquellas sesiones se dieron casos realmente sorprendentes, que aún algunas personas mayores recuerdan.
Todo lo que ella misma me contó --vivía en Sevilla, y yo la visitaba--, me sirvió muchos años después para escribir un relato sobre ella. Es el relato que titulé "Lejos", y que forma parte de mi primer libro (La tierra de Jayón). Escrito por M. VILCHES 13/10/2007 05:00
Maldita higuera: Se trata de Valentín el Trasierro, que era un poco poeta. Cuentan que una vez se cayó de una higuera y se puso a recitar, con una rima muy libre: “¡OH MALDITA HIGUERA, YO QUE NUNCA QUISE MALTRATARTE CON EL ACERO DE MI HACHA... Y AHORA TÚ ME HAS CAÍDO”. Cuando la gente le visitaba y contaban lo sucedido, decía: "No comentéis más el caso que está sufriendo el paciente". En el velatorio de su padre declamaba en voz alta: “AY, PADRE MÍO, YA TIENES AQUÍ TU FÉRETRO, EL QUE TE ACOMPAÑARÁ HASTA TU ÚLTIMA MORADA, EL QUE TENDRÁ LA SUERTE DE ESTAR CONTIGO EN EL NUEVO APOSENTO.” Tenía una hermana a la que apodaban  también Anita la Trasierra, haciendo referencia a su lugar de origen.
Malospelos: Abuelo del Tablas. Eduardo Pablos Pablos “Malospelos”, se llamaba así porque de pequeño siempre tenía muy malos pelos. Estaba casado con Ana Gálvez. Cuando tuvo que ir a la mili  y "sortear" en la Zona, llevaba una carta de recomendación dirigida a un tío suyo que era canónigo, para que le proporcionaran un buen destino y no le mandaran a las Colonias que por aquel entonces andábamos de líos y pérdidas. Pero él no se presentó al canónigo, por suerte le tocó un destino en la Península, pero al ver a uno que lloraba porque le había tocado Puerto Rico le cambió la papela. Estuvo allí siete años sin dar prácticamente señales de vida salvo dos cartas.
Maltrana:
Paisanos, recuerdo que por aquellas fechas, había un comandante de Llerena que por lo que pensó, concentró a todos los guardias de los pueblos de su mando, entre ellos los de nuestro pueblo, y como las fuerzas de los sublevados salieron de Sevilla por la Nacional de Sevilla-Badajoz, el buen señor dijo que iba a atacar con sus fuerzas a los fascistas y si había algunos voluntarios que quisieran, que se pusieran a sus órdenes; a lo que picaron unos cuantos y se fueron con él en un camión; y cuando le pareció oportuno, mandó parar y cuando los paisanos estaban descuidados, mandó hacer fuego contra ellos; y de aquella matanza se escapó uno que salió corriendo y tuvo la suerte de que no le dieron ningún balazo; se llamaba MALTRANA de mote, y luego en la zona de la República tuvo un batallón a su nombre, que lo sé porque hubo uno de nuestro pueblo que perteneció a él: se llamaba PEDRO MATEOS TABALES, y él me lo contó a mí.
La cuestión es que como Llerena y Fuente del Arco seguían sin tomar, pues los escopeteros de Llerena se presentaron en el pueblo para llevarse a las mujeres de los guardias, para hacer con ellas lo mismo que los guardias habían hecho con sus compañeros, pero las autoridades del pueblo no lo consintieron, cosa que los franquistas no tuvieron en cuenta cuando cogieron el mando el 29 de agosto, si no recuerdo mal. Ese día se cargaron al GARBANCERO y a un municipal que le decíamos el CHIRO; seguidamente a una mujer que le llamaban la RUBIA, que tampoco sé su nombre. Lo que si sé es quiénes fueron los denunciantes de estas personas, lo que no quiero decir para no echar leña al fuego.
Y también poco después estaban en una finca llamada Cabeza García, recolectando en la era los cereales unos cuantos del pueblo, se presentaron los falangistas de la Puebla del Maestre y se llevaron a unos cuantos, entre ellos a un tío mío, JOAQUÍN RUBIO, que al momento lo soltaron, y a otro más que si hubieran sabido quién era no lo sueltan; seguro que confundieron los apellidos y el que pagó el pato fue el TIESO y al que soltaron fue a ZAPATITOS; así que el TIESO, JOSELÓN y su hijo de 15 años, y DOMÍNGUEZ, padre de Ricardo, y me parece que una nieta suya es la alcaldesa del pueblo ahora.
Y unos meses más tarde, vinieron unos falangistas y se llevaron al GORDO de Barragán, ANTONIO BARRAGÁN RUBIO, primo hermano mío, y DIEGUÍN, que fue presidente del Partido Socialista, o del Centro de los obreros, y no más porque hubo quien les avisara. Los hijos de DIEGUÍN, en su mayoría, se fueron a Barcelona, no sé si alguno vivirá, pero creo que de las hijas, una de mi edad y otra más joven que yo, puede que aún vivan. Contado por Manuel Rubio Muñoz “el Taco”.
Mané: Derivado del nombre “Manuel”, se trata de José Manuel Lozano Muñoz. Parece ser que cuando era chico no sabía pronunciar bien su nombre y sólo acertaba a decir “Semané”, que al final se quedó en Mané.
La Matina: Vivía en la calle Fontana o "Juntana", al lado de Antoñita la del Bomba. Vivía sola y era costurera; se marchó a Villanueva del Río y Minas con una hermana.
Las Mijitas: El mote se lo llamaban porque eran tan pobres que tanto la madre como las hijas pequeñas iban por las casas pidiendo: "Déme usté una mijita de aceite", "Déme usté una mijita de sal", etc. Las vecinas, aunque tampoco estaban para regalar comida, siempre les daban algo. Esta familia vivió primero en Casas de Reina, pero cuando murió el padre, la viuda se trasladó, junto con sus hijos pequeños, a Fuente del Arco. Trabajaban en la mina la madre y el hijo mayor, que tendría entonces (años 40) 12 ó 13 años. La madre trabajaba en la "criba", que al parecer era donde trabajaban las mujeres, y donde se separaban los trozos de carbón, los más menudos por un lado y los grandes por otro. El niño estaba en el interior de la mina, cargando el carbón en las cubetas, un trabajo tan duro que acabó enfermando y murió. Angelita la Morcillina lo recuerdo como un niño muy educado, distinto de los demás, que sólo se arrimaban para ver si "tocaban" algo. Éste la respetaba y le escribía las letras de las canciones de la época.
Filomena la Milpatas: Madrina de Filo Gala Romero, y de la que heredó su nombre.
El Minipún: Fue al pueblo desde Barcelona a conocer a Trini la Cleta para casarse con ella, si le gustaba. De cuerpo era poquilla cosa, pero muy simpático y humorista. Le gustó la Trini y el pueblo y al poco tiempo se casaron. Tuvieron una hija y fueron muy felices hasta que él murió unos quince o veinte años después. Como era tan chiquitillo y lo hizo todo tan rápido, la primera vez que llegó a Fuente del Arco ya le bautizaron con el mote: el Minipún.
Angelita la Morcillina: Hija de Tomás Rubio, alias Tomás Morcilla, y de Ricarda Muñoz. Casada en primeras nupcias con Pinín, tuvieron cinco hijos, de los que sólo sobrevivimos tres: Joselín, Antonio y Ricarda Ana, creadora de este sitio web. Es la “refranera mayor” de Fuente del Arco, y gracias a ella he conseguido recopilar refranes, dichos populares, adivinanzas, coplillas y muchas más cosas de nuestro pueblo. Enviudó en 1986, y se casó por segunda vez nueve años después con Eugenio, natural de San Pablo de los Montes, residiendo ambos en Arganda del Rey.
... Nosotros nos vinimos a Madrid con lo puesto, quizás no lo recuerdas porque eras muy pequeña. Con nuestras pocas pertenencias a mano y cargados con los colchones para poder dormir cuando llegáramos a la casa que alquilamos. Aún me veo atravesando la calle desde la estación de Atocha hasta la puerta del Ministerio de Agricultura para coger el autobús que no trajo hasta Arganda, cargados con los bultos y con la ayuda inestimable de nuestro gran amigo GABRIEL, padre de nuestro forero Gabrielín, al que meses después tuvimos el placer de devolverle el favor ya que ellos también recalaron en Arganda en esa época. Antes habíamos vivido unos meses en Carabanchel, en una habitación con derecho a cocina que nos alquiló una señora mayor, viuda, que pagaba los estudios de su única hija con el importe del alquiler. En esa habitación dormían nuestros padres, nuestro hermano Antonio y tú misma. Yo, porque no cabíamos, me tenía que ir a dormir a casa de tío Manolo, "El taco", también forero, que vivía en el Poblado Dirigido de Caño Roto (Carabanchel Bajo), viviendas que les habían dado a los inmigrantes cuando decidieron tirar las chabolas en las que vivían. (El Estado les dio el terreno y los materiales y ellos construyeron las casas con ayuda de amigos y vecinos). A tío Manolo le ayudaron padre y Gabriel que siempre andaban juntos y vivían en la misma pensión. Escrito por Joselín 29/10/2007 14:00
El Moro: La familia vive en el Parral, y son parientes de Pepa Vizuete, casada con uno de los Calados.
La Morrococa: Abuela materna de José Luis Bueno, “el Lobi chico”.
La Muchacha de casa: Se llamaba Carmen y era hija de unos pobres que iban pidiendo por los pueblos. Anita la Trasierra, (el Conejo macho), que no tenía hijos, le pidió a los padres que se la dejasen para tenerla en casa como a una hija. Se la dejaron, pero cuando se refería a ella, siempre decía: “Porque la muchacha de casa...” Carmen se casó con un hijo del Mediquín y sigue viviendo en el pueblo, en la casa que fue de Higinio Paz el Canete, y donde se crió su nieta Felisa Paz.
Los Musolines: El mote se lo pusieron al abuelo de la familia, padre de Luisa e Ignacia. De muchacho era bastante travieso y siempre andaba gastando bromas. Un día estaba un hombre arando y él empezó a llamar su atención, quejándose cada vez más hasta que, tirado en el suelo, pedía socorro. El pobre hombre bajó corriendo a ver qué le pasaba y cuando llegó a su altura, el niño salió corriendo, riéndose. Ya cansado de estas historias, al padre le llovían las quejas y en esta ocasión dijo: “Espérate, que cuando venga le vamos a dar una escarmienta”. Cuando llegó, se llevó una buena tunda (de las de antes) y mientras le daba con el cinturón, su padre decía “¡Toma esto, por malo, que eres más malo que Musoline!”, y de ahí se quedaron como “musolines”.
La Nela: Fue, durante un tiempo determinado de su adolescencia, el apodo de Felisa Paz, a consecuencia de haber sido la protagonista de una obra de teatro en Fuente del Arco, en la que se representó la novela titulada MARIANELA de Benito Pérez Galdós.
Las Nicanoras:
... claro que me acuerdo de Doña Rosario, era maestra de párvulos y yo iba a su escuela; daba las clases en la casa de Manuel Azuaga, hermano o primo de tu abuelo Juan Azuaga, Nicanor, de ahí "Las Nicanoras". Es la casa que está al terminar la calle Alante y subir por la calleja de la sierra a la derecha, que está en alto y hay que subir escalones.
Era una mujer muy dulce y cariñosa, tenía por norma que al llegar l@s niñ@s le besásemos la mano y le rezásemos el bendito; al despedirnos cantábamos tod@s la salve. Luego seguía yendo en los veranos. Escrito por Felisa Paz 05/11/2007 01:08
El Niño de Mariamáxima: Conservaba el apodo, a pesar de que tenía ya 80 años.
El Nono: Apodo diminutivo de Antonio, hijo de Cayetano y María. Cuñado de Trini Pablos.
El Nota: Noticia aportada por Sebastián Guerrero Pasiche, sobre el mote de su abuelo materno:
… mi abuelo, José el Nota, estuvo como soldado en la fatídica Guerra Civil Española y de entre todos sus compañeros de distintas partes de España y fuera había gran cantidad de andaluces que dicen continuamente la muletilla “el nota”. Mi abuelo, una vez que llegó de la guerra y trabajando en la mina, se refería a sus compañeros de trabajo con esa muletilla que había escuchado insistentemente en la guerra. De ahí que uno de ellos, el Costilla, le dijera de forma irónica: “De aquí en adelante tú vas a ser el Nota”. Esto sucedió en la Mina de la Papa, (extracción de carbón). Desde entonces mi abuelo fue conocido con ese mote, posteriormente sus hijos y, cómo no, sus nietos.
Pablito: Antonio Pablos, padre de Trini Pablos Pino.
El Pacho: Su nombre es Fernando. Casado con María la Recia.
Los Pajareros: A su marido le llamaban Ferré o Ferrer, posiblemente apellido. Tenían muchos hijos, uno de ellos llamado Juan Modesto. Emigraron muy pronto a otras tierras.
Los Pajareros -lo recuerdo con total claridad- vivieron primero en la Serilla,  y luego en el Toledillo (...)Jamás vivieron junto a la cochera de los Pasiches.  Es lógico que, al desdibujarse las imágenes en la memoria, en la neblina de los años alguien crea que vivieron allí, ya que el Toledillo está paralelo a esa calleja de la cochera -la Calleja el Molino-, y ambos lugares tienen en común lo recoleto y suburbial. Información aportada por Manuel Vilches.
La Pajarita: Hermana del Nota y de Eustaquio. Vivía en la calle Santiago.
Pajarote: Se llamaba Eusebio y era el abuelo de Mª Amalia. Pajarote es, en realidad, el nombre de un barranco de Trasierra donde Eusebio, originario de allí, compró un terreno. Esta compra dio lugar al mote.
Pallares: Llamaban así a Agustín, un vecino de Paco Rosquilla, porque procedía de Pallares, otro pequeño pueblo de la comarca.
La Partera: Atendía los partos de las fuentelarqueñas. Su hija, por entonces jefe de la Sección Femenina, se encargaba de distribuir la leche y el queso, y siendo vecina de Angelita la Morcillina, en casa de ésta nunca faltaron tales alimentos a pesar del racionamiento. Es posible que no fuera muy ético, teniendo en cuenta la situación del resto de los fuentelarqueños en aquellos años de la posguerra, pero como dice la Epístola de Cabrín Cabrate, "ANTE LA NECESITATEM NO HAY PECATEM".
Los Pasiches: Se trata de la familia Guerrero, que ha sido, y continúa siendo, la encargada del transporte de viajeros entre Fuente del Arco, la Estación y los pueblos de la comarca. El Pasiche viejo, fallecido en 1965, conducía un viejo Ford que fue sustituido con el paso del tiempo por “La Pindonga” y “La Vieja Pintá”, dos furgonetas que condujeron sus hijos Manolo y Luis, cuando Sebastián era aún demasiado joven para ejercer el oficio.
Sobre el origen del mote, Francisco Galo Guerrero Pablos cuenta lo siguiente:
 … he visto el mote que le decían a mi abuelo, mi padre y también a mi. Soy Paco, el hijo de Luis Pasiche. Hace poco, en la última visita que nos hizo mi tío Joaquín, le pregunté por el origen del mote, ya que ni mi padre ni mi tío Sebastián se acordaban. Según me contó, mi bisabuela, la madre de mi abuelo Francisco Pasiche, vendía chucherías en la plaza con un cesto: pipas, chicles ... y uvas pasas. Imagino que pregonaba, y de pasas, pasitas pasichas, mote que heredó mi abuelo y los que llegamos después.
Los de la Peña: Familia a la que pertenecía el soldado Jonathan Galea García, muerto el 24 de junio de 2007 en un atentado terrorista contra las tropas españolas que formaban parte de los “Cascos Azules” de la ONU en misión de PAZ en el Líbano. Jonathan era conocido popularmente como JONI y contaba tan sólo 18 años de edad. Era hijo de José Luis Galea Fornelio Pepín. Manuel Vilches y Felisa Paz, una vez más, nos facilitan información más precisa sobre esta familia:
Recuerdo que estos dos chavales (Pepín y Francisco Manuel Galea) vivieron primero enfrente de Machaco, allí, en la última casa del pueblo saliendo para la Cruz de Guardado por el camino del pozo, que bordeaba el Valle las Viñas por debajo.
Luego, se fueron a vivir allí a la Serilla, tres o cuatro casas por debajo de la de Julián. Supongo que allí mismo viven ahora sus abuelos, que según me dijo el mayor hace un año en el bar de Santos, han vuelto hace poco al pueblo después de tantos años.  Escrito por M. Vilches 26/06/2007 01:40
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… Yo conocía a Pepillo el de la Peña, que se casó con Josefita la del Curina y cuyo hijo es el marido de la hija de Rafael Moneque. Supongo que este chico será primo, lo que no sabía es que tuviesen el apellido, Galea. Escrito por Felisa Paz 26/06/2007 23:24
El Peón caminero: Mote de la familia de Rafael Rodríguez Muñoz (Rafalín), amigo de Manuel Vilches, quien nos relata el origen del mote y sus aventuras y desventuras durante la Noche de Difuntos (1 al 2 de noviembre), siendo ambos monaguillos con el párroco don Santos:
... peón caminero era un oficio.  Me parece que había uno en cada pueblo, y creo que dependían del M.O.P. (Ministerio de Obras Públicas).  Su trabajo consistía en cuidar del buen estado de las carreteras y de la señalización. Solías verlos rellenando baches con alquitrán, y cosas así.  Iban siempre en bici.  El padre de Rafa era el peón caminero del pueblo (...) Vive en la Sespareja, muy cerca de la casa de Felisa.  En esa calle jugábamos mucho Rafa y yo, y sus hermanos, y otros críos.  Después, Rafa y yo fuimos monaguillos con don Santos, y luego, con doce años, fuimos Rafa y yo los primeros del pueblo que fuimos a la Universidad Laboral de Cheste.  Con quince fuimos a la de Sevilla.
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... llegado el día 31, RAFA y yo nos pasábamos el día recorriendo aquellas calles de casa en casa, irrumpiendo en cada zaguán al grito de "¡La chaquetía, tía María!"
Así el día entero. Desde la Serilla hasta los Callejones. Desde el Toledillo hasta el Parral. Pasando más de una vez por la Plaza de España, por la Cruz Verde y por la Molineta.
Creo recordar que la gente nos daba nueces, melones y otras "provisiones" para la "dura" noche que nos esperaba. Pero en el fondo, aquello era siempre una novedad para nosotros, y una excusa para pasarlo bien.
Como mi casa cae cerca de la iglesia, todos las años mi madre nos hacía migas en una gran sartén que teníamos por aquellos doblaos, y muy dispuestos subíamos la sartén llena de migas y aún calentitas al campanario, junto con las demás "provisiones", y en compañía de otros chavales que se nos unían al jolgorio de la noche triste de difuntos.
Entre doble y doble de campanas, todo allí arriba era risas y cachondeo, y hasta creo recordar que corría de boca en boca un buen tintorro clandestino, con todos esos grados que tenía aquel vino del Berrenchín.
(Que por cierto, era el que don Santos prefería para oficiar, y allá abajo a la Serilla que nos mandaba siempre para llenar la botella, teniendo tantos bares por allí cerca. Pero es que don Santos entendía de vinos, y aquél era el que le gustaba.)
A Rafa y a mí se nos hacía que cada vez que dábamos un doble las paredes blanquísimas del cementerio se ponían incandescentes, como si se encendiesen con el sonido tétrico de las campanas.
Y con esa obsesión mirábamos una y otra vez de soslayo al Cerro Santiago al tiempo que tirábamos, pausadamente, de la cadena herrumbrosa que asía en cada extremo uno de los dos badajos.
Al día siguiente, turnándonos los dos entre la torre y el cementerio, pues responsos en latín toda la mañana --que don Santos cobraba a pie de nicho y a dos duros la unidad.
Por la tarde, palangana de agua con sal para aliviar el escozor de los callos que la maldita cadena aquella nos hacía en las manos.
Una cadena que al cabo de tantas horas tirando de ella, se nos clavaba ya en la piel. Escrito por M. VILCHES 01/11/2007 23:24
Las de Pepillo Diente: Eran Luisa, una mujer viuda, y sus cinco hijas: Isabel, Dionisia, Mercedes, Emilia, (la madre de Luisina) y Josefa. Vivían en la calle de la Luna, en una casita muy pequeña frente de la de Rafalito el de Blanco, entre 1945 y 1955. Pepillo Diente había muerto y ellas lo pasaban muy mal. Terminaron marchándose para Sevilla. El marido de Josefa pertenece a la familia de los Carrascales
Los Perdigones: Antonio Perdigón era el abuelo materno de Felisa Paz.
Peripecias: Antonio Rubio, hermano de Angelita la Morcillina. Le pusieron el mote en el trabajo un día que le salieron mal varias cosas y alguien le reprochó: “¡No te pasan más que peripecias!”. En la actualidad reside con su mujer, Paula, y sus dos hijas, Isi y Manoli, en Fuenlabrada.
El Perrino: Sus tierras del Baldío pegaban a Cabezagarcía y le duraba el trabajo de la siega y la era todo el verano. Llegaba temprano a segar y se tumbaba porque decía que el día era muy largo. Luego se levantaba con toda la calor y se volvía a acostar porque no podía trabajar con el sol. Cuando iba a empezar por la tarde regresaba al cortijo porque era ya muy tarde y lo dejaba para mañana. Esto lo contaba Ángel, que vivía en la finca de Cabezagarcía.
El Perrunilla: Manuel, hijo de Galo Coñito y de Calixta.
El tío Peseto: Al parecer existe un documento que acredita la existencia del apodo “Peseto” ya en 1856.
Pezcuezo palo: Llamaban así a un obrero de la estación porque tenía el cuello largo y estirado. A su hijo le apodaban Villa Boleto.
Pinín: José Pino, hijo mayor de Carmen la Corchúa y primer marido de Angelita la Morcillina. En la familia PINO a las mujeres se les apoda con el diminutivo Pinina, y a los varones Pinín.
El grito de guerra de Facundo Pino, cuando entraba en combate durante la Guerra Civil, era: “¡Aquí está Pinín!.
La Pisca: Antonia, pariente de Antonio Torres -prima de su madre-. Se casó con Antonio el Gorra y vive actualmente en Madrid con su hijo, Juan Lora. El propio Antonio Torres nos ofrece una amplia información sobre esta familia:
El Gorra es de apellidos Lora Cordobés.
La Pisca y sus hermanos nacieron todos en Fuente del Arco, eran cuatro varones: Antonio, Rafael, Juan y Pepe, y ella Antonia. Juan murió joven en un sanatorio que había en Palomas. Antonio y Antonia, ambos hermanos, eran los padrinos de mi madre.
Era su madre quien era de Trasierra y se casó en Fuente del Arco con Francisco …Fue su hijo Antonio el Pisca quien se casó con una mujer que toda su familia era "munique" y a ella le decian "munica" de Fuente del Arco.
Por lo tanto la Pisca y el Gorra se conocían del pueblo de toda la vida.
Avelina, Lorenzo y Alejandro eran hermanos.
Lorenzo -abuelo de Encarna-, Alejandro -mi abuelo- y Avelina - la madre de la Pisca-.
La casa donde vivía la Pisca de niña está en la calle donde vivía el guarda de campo, frente a Carmen la Moñi.
El cortijo al que llamaban de "Jumilla" era porque en él vivió el hermano de mi abuelo …, Lorenzo, apodado Jumilla.
Felisa Paz rectifica y aporta algún dato más:
… Yo conocí mucho a la Pizca madre (Abelina), y resulta que era tía tuya, conocí a todos sus hijos … y tengo que rectificarte en que el Antonio se casó con Rafaela la Moneca. Tú dices “Munica”. Esa familia eran: Los Moneques/as …"Muniques" no hay, sino Moneques. A no ser que alguien diga que los conoció, pero los relacionados con Antonio Moyano, (Pizca) son Moneques.
Anita la del Portal: Madre el Tablas. El mote se refiere al portalón situado en lo que hoy es el bar La Cooperativa. Heredó el mote de su madre, que era la que nació en la casa que llamaban el Portal, aunque ella nunca vivió allí.
La Preciosa
pues en nuestro pueblo ocurrió que a una chica de Valverde que se casó con un hijo de “La tía Cojina”, se le quedó de mote “La Preciosa”, tanto que nadie sabíamos su nombre. Todo porque su suegra le decía a toda la gente: “Oyeee ¿no has visto a mi nuera? Uy pos es preciosa, preciosa”. O si la muchacha estaba delante, decía: “Mira, fulanita, fíjate qué preciosa es mi nuera”, así hasta que se le quedó. Escrito por Felisa Paz 15/10/2007 23:48
El tío Puchecas: Su mujer era muy bajita, y él se guaseaba de ella diciendo a la gente que para darle vueltas al puchero se tenía que subir en una silla. Por aquel entonces se cocinaba en la candela, en el suelo. Tenía un hijo llamado Manolo (actualmente vive en Valencia) que se casó con una chica de Trasierra y era carpintero.
El Puebla: Las raíces de la familia están en la Puebla del Maestre, de ahí el apodo. A esta familia pertenece Juan Vera, hijo de Antonia y de Ignacio, que actualmente vive en Nancy (Francia).
El Quemao: El origen del mote tuvo lugar cuando era un bebé y su padre lo cogía en brazos al lado de la candela. Un día el padre se durmió y se le cayó el niño en medio de las llamas, provocándole quemaduras en las manos, el pecho y la cara. Después los demás niños, cuya crueldad a este respecto está más que demostrada, se reían gritándole: “¡Quemao, quemao!” Aun así, parece que a él no le importaba demasiado.
Rarro: Mote de Eduardo Pablos, tío de Felisa Paz.
… De esa lista de caídos en “el otro lao", como siempre decían cuando hablaban de la Zona Roja, por puro miedo a nombrarla, tal era el pánico que se vivía. Esa lista es una maravilla, dentro de la desgracia de sus muertes y la de no saber dónde estarán sus huesos. Mi abuela Francisca siempre estuvo recordando a su hijo Eduardo al que vio partir con un pequeño hatillo al hombro y que le dijo: “No llore usted, madre, esto van a ser cuatro tiros, pa’ la aceituna ya me tendréis aquí, a ver si hacéis una buena matanza que vendré con mucha jambre”.
Y no lo volvieron a ver. Que no vuelva a pasar jamás. Escrito por Felisa Paz 19/10/2007 01:00
… si ese señor se llamaba Eduardo, se ve claro que el mote le venía de cuando era niño, y no sabía aún pronunciar bien su nombre. Igual que un niño que se llama Antonio y dice que se llama "Ñoño", o igual que mi amigo Juan Francisco --que su hermana le llamaba "Taísco", y Taísco se le quedó. Escrito por M. VILCHES 19/10/2007 23:22
Ratita: El apodo corresponde a Manuel Ruiz Azuaga, primo hermano de Tomás Azuaga Pino y de Taísco. Se lo puso Juanillo cuando eran niños, un día que estaban jugando y le dijo: “¡Escapa, rata, que vas pa´ largo!”. En la actualidad reside en Badalona.
El Rebaná: Su nombre era Ignacio. Padre de Angelita (casada con Luis Díaz, hijo de Don Luis el médico), Antonio, que es maestro, y Manolo (casado con Manoli, una hija de Quiquín).
Los Relámpagos: El titular del apodo fue JOSÉ AZUAGA PAZ; se lo pusieron no por tener la celeridad del rayo, al contrario, por su carácter tranquilo, pausado, vamos, que no se alteraba por nada. De él viene el apodo con que se conocen sus descendientes, pues hay bastantes en el pueblo que son LOS DEL RELÁMPAGO(Todo esto comprobado por nietos que son bastantes mayores y con los cuales me une una buena relación). Como verás, tanto el apellido Azuaga como el de Paz, estan en nuestra familia, es decir en la familia Pino, tenemos una prima y un primo que son PINO PAZ, y los AZUAGA PINO, somos cuatro. Información aportada por Tomás Azuaga Pino.
Mari la de Remeditos: Mª del Carmen Domínguez Lozano, hija de Remedios la de la Huerta. Primera mujer que accede a la alcaldía de Fuente del Arco, tras un nuevo triunfo del PSOE en las Elecciones Municipales celebradas el 27 de mayo de 2007.
El tío Remonta: Se dice que el tío Remonta viejo era un poco bruto. Como muchos de sus contemporáneos, llevaba las botas tan desgastadas que le sobresalía el dedo gordo del pie. Un día dio un tropezón y se levantó la uña del dedo. Entonces se quitó la bota y empezó a darle puntapiés a la piedra repitiendo: “deíno, deíno, ¿es que no has visto la piedra?”
Los del Rincón: A Felipe el del Rincón le llamaban así porque trabajaba en la finca del mismo nombre. Sus hijos son Pepa, Manolito de la “Coope” (bar La Cooperativa), Juanito y Felipe.
El tío Riverilla: Para la familia de Manuel Vilches era “el abuelo Gabino”, aunque no fuese realmente su abuelo, pues era padrino de su padre y lo había cuidado desde pequeño. Le llamaban así porque se crió en su finca de la Riverilla. Murió en 1960 y su viuda, Dionisia, nueve años después. El tío Riverilla era albañil, y se decía siempre: “Riverilla es el maestro y Guacharro el peón”.
Con relación a este sobrenombre, la Riverilla es un arroyo de Fuente del Arco que desemboca en la Rivera del Ara, que a su vez desemboca en el río Viar, yendo a parar al Guadalquivir.
La Rocío: En realidad se llamaba Lucrecia, pero la llamaban así porque su madre se llamaba Rocío.
El Romanero: Loli, la mujer de Antonio Torres, ha aportado este mote, uno de los muchos que se refieren a trabajos artesanos a punto de desaparecer, por desgracia, como el de fabricar romanas. Su nombre era Pedro Corrales y vivía en la calle de la Luna. Tenía una hermana llamada Pilar. Su padre era un poco tartamudo y cuando iba a casa de Tomás Morcilla a buscar a su hija, la llamaba desde la puerta: “Pi … Pi … Pilar”. Tomás, que era muy guasón, le decía: “Anda, Pilar, que ya está tu padre llamando a los pollos”.
La Rosariona: El mote deriva de su nombre, Rosario. Su marido era zapatero, y esta familia fue otra de las muchas que emigraron a Arganda del Rey durante la década de los 60. La Rosariona tuvo varios hijos varones y no conseguía tener una niña para ponerle su nombre. Pasado el tiempo y perdidas las esperanzas de tenerla, a su último hijo le puso Rosario.
La Rubia: Fue asesinada en 1936 junto a la casilla de la Jilina.
El Salero: Era hermano de Mariamacho, y su hija, por supuesto, era la Salerina.
La Salinera: Aurelia, casada con el Cascabel, era una de las hermanas Trimiñas. Antiguamente se las conocía como las Mineras, porque se criaron en la mina, pero después se trasladaron a vivir a la finca “La Salinera” y de ahí les vino el mote. Su padre era guarda; José, el hijo varón, se quedó en Fuente del Arco y allí crió sus hijos/as: la “minera” que conocemos hoy es María, la madre de Juanín.
La Señorita Elena: Con ella aprendieron muchos fuentelarqueños sus primeras letras y números, pero, al contrario que Don José, la Señorita Elena no necesitó nunca palmeta. Tenía abierta una guardería en la Plazoleta, en la casa que hoy es de Francisco Calderón, donde acudían unos 15 niños de entre 2 y 6 años, ya que hasta esa edad no se podía acceder a la escuela pública. Cada niño iba con su sillita de eneas, y cuando acababa el curso se la volvían a llevar a casa.
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Al acabar, a las cinco, la señorita nos ponía en fila india para que fuéramos dejando la sala en orden, y mientras salíamos íbamos cantando:
San José bendito,
nuestro protector.
Dirige los pasos
de este batallón.
Custodia su alma,
guarda el corazón
de estos infantitos
que buscan a Dios.
Para aprender el nombre de los dedos de la mano, todos los días, sin falta, cantábamos con la señorita la siguiente cancionceja:
Pulgar se llama éste
pulgar, pulgar.
Y éste se llama índice
que sirve para señalar,
aquí, allá, acá.
Y éste es el del corazón,
donde se pone el dedal.
Y éste es el de los anillos,
que se llama anular.
Y éste tan chiquetín
se llama meñequín, meñequín,
meñequín, meñequín.
Lo del "meñequín" nos hacía a todos mucha gracia y siempre nos reíamos un montón.
Y cantábamos también, a diario, el alfabeto; mientras mirábamos las letras en un cartón ya mugriento que sabe Dios cuántos años llevaría pinchado en la pared, muy en alto.
Cómo no, cantábamos también las tablas. Todas ellas. Desde la del uno hasta la del diez, y tanto la de sumar como la de multiplicar como la de dividir. (La de restar no, tal vez porque es poco práctica).
Y por supuesto, cantábamos otras canciones de corte religioso, que era lo propio de la época, y en ese contexto pienso que hay que entenderlo. Escrito por M. Vilches 15/09/2007 18:30
Sietecuartas: Le pusieron ese mote cuando era pequeño porque durante una pelea con otros niños, una de las madres se puso a reñirle con guasa, midiendolo de abajo a arriba con la mano: "Una, dos, tres ... ¡Anda, si sólo mides siete cuartas!”.
Sieteperrillas: Era el apodo de un factor de la vía estrecha.
El Suero: Este hombre era jefe de estación, o algo así, allá por los años 40. Casado con María Mérida, aunque él no era del pueblo, tenían un hijo que se llamaba Jesús. Su casa era la que después fue el casino de Manolo y hoy es de sus hijos. María Mérida era la dueña de la finca Mataperros. Después lo vendieron todo y se marcharon, no se sabe a qué lugar de España.
El mote se debe a su apellido, según nos explica José Luis Bueno:
… El apodo en este caso le sobrevenía por su apellido, José Suero Ovelar. Se casó con María Merida Bueno, como bien dice Felisa. María era prima hermana de mi padre, y cuando abandonaron el pueblo, fijaron su residencia en Madrid, donde han vivido hasta sus últimos días. María murió hace pocos años. Su hijo, Jesús, sigue viviendo en Madrid, y tiene a su vez tres hijos.
Angelita la Surira: Puso una escuela a la que llamaban “la escuela de los cagones”, porque allí iban los niños más pequeños. Vivía donde vive ahora Antonia la de Carlín el Cartero. A su hermano le decían el Suriri.
El Tablas: Casado con Amparo Pérez, que fue maestra de Fuente del Arco entre 1963 y 1969. Su nombre es Tomás, pero Don Segundo, el secretario del Ayuntamiento por aquel entonces, lo llamaba así cuando aún eran novios, y decía que Amparo se quedaría en el pueblo “por tablas”. Viven actualmente en Valdetorres de Jarama. Por lo visto el mote se lo decía porque imitaba a uno que apodaban Murillito, que decía cuando jugaba a las cartas: “Digo, digo tablas”. Amparo nació y se crió en Mérida.
... de pequeña, yo vivía enfrente de la Iglesia de Santa Eulalia, y más de una noche de difuntos he subido con mis hermanos y sus amigos a tocar las campanas; pero la chaquetía la pedíamos todos, luego nos las comíamos al lado del cementerio mientras nuestras madres y parientes "arreglaban" las tumbas ... Escrito por Amparo 01/11/2007 18:31
... Yo vivia en la "Rambla 63" una casa que hacía esquina y que había sido levantada sobre los restos de una casa romana, con sus canales y pilas y todas esas cosas que se perdían continuamente en Mérida cada vez que se edificaba.
Lo que mas me gustaba de la "chaquetía" eran los "casamientos" de los higos con nueces o con bellotas, las nueces abundaban menos, lo más corriente eran higos y castañas ...
 Escrito por Amparo 03/11/2007 12:47
Manolo el Taco: Hermano de Angelita la Morcillina. Aprendió a leer y a escribir solo, sin haber pisado nunca una escuela, según afirma su hermana. Casado y viudo dos veces, reside en Arganda del Rey. Su hija Ricardita, “Ita” para los amigos, vive en Madrid.
... los motes todos vienen por algún motivo; el mío, por ejemplo, porque cuando pequeño era muy bajito y gordete, y Abelino Carrasco dijo que parecía un taquito, y con "Taquito" me quedé; luego, de mayor, se quedó en TACO.
Taísco: Se trata de Juan Francisco Nolasco, hijo de Magdalena la de Nicanor, emigrado a Barcelona en 1970. Así lo llamaba su hermana pequeña, Agustina, cuando aún no sabía pronunciar el nombre “Juan Francisco”, y así lo siguen llamando.
Titotín: Es el mote de Miguel, hijo de Jesús el del huerto del tío Carlos.
Las Tocatas: El apodo les venía de su padre, el tío Tocato. Una era la mujer del tío Fatigas y la otra la madre del Bollillo, llamada también la Cuncuna. El marido se suicidó joven tirándose a un pozo con una piedra atada al cuello.
El Traganiños
... María del Ara tenía también muy buena voz, pues eso debe de ir en los genes, y al menos un año fue elegida para cantar a la Verónica en la Semana Santa de Guadalcanal.
Era muy guapa, y tuvo señoritos de Guadalcanal tras ella, que la pretendían en serio.
De forma que si hubiese querido, María del Ara habría sido señorita, habría vivido muy bien, y no tendría que haber emigrado a Valencia, donde trabajó muchos años como portera en un bloque antiguo de la zona de Ruzafa.
En Valencia murió, acordándose siempre de su pueblo, y allí está enterrada.
Aunque cuando mocita la pretendieron con insistencia los señoritos ricachones de Guadalcanal, ella quería a su Traganiños --que el pobre no tenía dos gordas--, y como se le metió en la cabeza su Traganiños, pues a todos los señoritos los rechazó uno por uno, y con su Traganiños se casó.
Uno de aquellos señoritos estiraos de Guadalcanal que la pretendían, se presentó en su casa una tarde para verla. Creo que hasta le llevaba un ramo de flores para ella. Pero antes de que cruzase el umbral, le salió al encuentro el Traganiños, y le dijo muy serio que si volvía a verlo por allí, "se lo tragaba". Y de ahí le vino el mote. Escrito por M. VILCHES 21/10/2007 13:59
Trasnocha: El tío Trasnocha era el padre de Antonio, dueño de la hostería Rural “La Verea”, situada en la calle Real (los Callejones), un sitio acogedor donde poder alojarse y comer en Fuente del Arco. Tiene otro hijo más, José Luis, casado con Mari Pepa Ruiz, hermana de la Kaína.
Trimiño: Cantaor fuentelarqueño en el exilio, que murió en Francia sin poder regresar a su pueblo, pero sus canciones permanecen y han sido recordadas recientemente en Radio 3. Su hermana Mª del Ara cantaba muy bien las saetas y un mes o dos antes de empezar la Semana Santa, los “ricos” de Guadalcanal se la llevaban a su casa para alimentarla bien, con huevos y alimentos buenos para la garganta, y que tuviese la voz perfecta para cantar en el balcón al paso de la procesión.
Por afinidad política, tenía gran amistad con el capitán del ejército republicano José Antonio Vilches, padre de Manuel Vilches, que ha aportado algunas noticias sobre el artista:
Los exiliados en el país vecino lo adoraban. Era muy querido y popular entre ellos. Lo conocían como "Trimiño".
En un programa de Cante Jondo que había en Radio Nacional (Radio 1) hace unos diez años, por las noches, lo pusieron y hablaron de él; de lo popular que era entre sus compañeros del exilio y de que procedía "de un pueblo de Badajoz". Ya podéis suponer lo que sentí. Yo mismo puse sus discos en mi tocadiscos, pues María del Ara, su hermana, tenía mucha amistad con mis padres y entraba por mi casa a verlos siempre que volvía al pueblo, por verano.
Uno de aquellos veranos de mi adolescencia trajo aquellos discos, y yo se los puse a mis padres, delante de María del Ara y su hijo, para que lo escuchasen, después de tantos años que hacía ya desde la última vez que lo oyeron cantar. Y nada más comenzar la primera pieza, mi padre, que había sido amigo suyo y había estado en la "zona roja" con él, al oír de nuevo su voz después de tantos años, se emocionó y empezó a llorar. Hubo que apagar el tocadiscos, pues mi padre no lo resistía.
Tumbalobos: La historia de este mote nos la ha transmitido su hija Ana Luz Lozano, prima de Mané, que vive actualmente en Guadalcanal:
… Hay que remontarse al año 1933, entonces mi querido padre tenía siete años. Mi abuelo, como pasaba en aquellos tiempos, se lo llevó con él al campo para cuidar el ganado y según me contaba sólo iba al pueblo cada quince días para cambiarse de ropa y reponer un poco la despensa. Imaginaos un niño con siete años cuidando ganado. Cuando le entraba sueño, se echaba en los lindazos y se quedaba dormido. Así, alguien mayor que lo despertó en una de esas ocasiones dijo: "¡Anda que si viene un lobo lo vas a tumbar tú!". A partir de entonces, de unos en otros, le empezaron a decir "tumbalobos". Para mí es una historia entrañable, como todo lo que me dio.
El Valverdeño: Natural de Valverde de Llerena, se casó con María la Donaira.
El Valvulina: Se llama Nicolás y, según Antonio Torres, el apodo le viene por su oficio de mecánico.
Los Venenos:
... la última boda por lo civil por el ayuntamiento, fue el 12 de agosto de 2003, se casó un hijo de los Venenos (el pequeño) con una hermana de Fafy (también la pequeña). En estos doce años de legislatura, esta es la cuarta boda por el Ayuntamiento, aunque también se han celebrado algunas por el Juzgado. Escrito por Paco Delgado 21/04/2007 17:41
El Verdura: Se cuenta que una vez fueron por el pueblo unos señores preguntado por un tal Pérez Giles, y le contestaron que lo más parecido al perejil que había allí era el Verdura, que vivía en los Callejones.
Francisco el de la Viña Maera: Le apodaban así porque vivía en el cortijo del mismo nombre. También le llamaban “el Simon Templar”, porque era muy guapo, comparándolo con el actor Roger Moore, que en los años 60-70 protagonizaba la serie de televisión El Santo. Mi madre, cuando empezaba la serie,  siempre añadía “... y la peana”.
KIKO, ahora que te he visto en la foto, ya sé quién eres. Mi hermano José Antonio está al lado tuyo y de Pepe el de Facunda, tú de cura y ellos dos de piratas.
Me acuerdo de aquel día de San Isidro en que ganasteis el primer premio con la carroza del Descubrimiento de América. Era un quince de mayo radiante.
Me acuerdo de que el pobre de Manolo Tijero -que según me han dicho ya no está con nosotros- iba también en la carroza, disfrazado de indio con un taparrabos y unas plumas. Y que escenificasteis el Descubrimiento allí mismo, en el Pencón, encima del remolque.
Recuerdo que tú le ponías la cruz encima al indio, intentando convertirlo a la fe de Cristo, y el indio "se te rebotaba".
Yo tendría unos siete años, pero recuerdo aquel San Isidro como si fuera anteayer.
Aquel chaval que gustaba tanto a las mocitas, y que le decían "el Templar" --porque se parecía a Roger Moore, el protagonista de la serie "El Santo"-- creo que también iba en la carroza, pues era de vuestra trinca. Y el pobre se mató en la Cruz Verde en la noche del 6 de abril del 68, la misma en que Massiel ganó Eurovisión con el La-La-La. Escrito por M. VILCHES 05/10/2007 00:36
El Wisni: Se lo pusieron a Antonio Romero, hermano de Julián, porque tenía un burro que se llamaba así, y cuando se le perdía le preguntaba a todo el mundo: “¿Has visto a mi Wisni?”.
Zapatitos:
Esta canción la cantó una estudiantina en el año 1936, en los Carnavales de Fuente del Arco; al director le apodaban “Zapatitos” y entre sus componentes se encontraba también el cantaor Trimiño; para la ocasión, salieron todos vestidos de asturianos (noticia transmitida por Manuel Rubio Muñoz “el Taco):
Este grupo de asturianos
que aquí cantando venimos,
vienen nuestros camaradas
cantando al son del Rocío.
Allá por la cuenca minera de Asturias
tenemos instalado nuestro hogar
con mucha alegría cuando trabajamos
y mucha tristeza cuando falta el pan.
Y siempre pensando en los veinte siglos
que el sufrido obrero arrastra cadenas,
con calma y prudencia vamos preparando
el día que pongamos fin a estas cadenas,
trabajando con tesón
pa’ implantar el comunismo
y nuestra misión está
en allanar el camino.
Mineros, pobres mineros,
cuántos trabajos pasamos,
para ganar el dinero
que al burgués le vamos dando
como humildes corderos,
mineros, pobres mineros.

... ese tal zapatito lo nombraba mucho mi madre y junto con Cayetano hacían unas murgas que se divertían de lo lindo; dice que compraban una escupidera nueva y cortaban los trozos de chorizo y los echaban en la escupidera junto con el vino, y no veas la impresión que daría ver de sacar los trozos de chorizo de la escupidera.  Escrito por julian 10/11/2007 13:09

2 comentarios:

  1. SABEN ALGO DE LA HISTORIA DE ISABEL Y JOSEFA ANTONIA LA CORRA

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  2. MI ABUELA Y BISABUELOS ERAN DE FUENTE DEL ARCO, YO TENGO MUCHISIMOS RECUERDO DE ALLI Y ME SUENAN MUCHAS DE ESTAS PERSONAS A ALGUNAS LAS HE CONOCIDO Y A OTRAS DE OIDAS DE MI ABUELA,
    ME GUSTARIA SABER SI ALGUIEN SABE ALGO DE LA HISTORIA DE MI BISABUELA Y ABUELA ISABEL Y JOSEFA ANTONIA, LA CORRA, QUE ERA SU MOTE, Y DE LAS GURRIATAS

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